Navarra

Ansoáin lanza una iniciativa con dos rapaces para combatir la sobrepoblación de palomas en el municipio

Alumnos y alumnas de Tercero de Primaria del Colegio Público Ezkaba, durante la visita de los halcones a cargo de Diego Villanua y Joseba Oroz.

Ansoáin cuenta desde este martes por la mañana con dos nuevos vecinos que se encargarán, desde las alturas, de vigilar y mantener a raya la población de palomas en el municipio. Porque ni las trampas, ni el pienso anticonceptivo ni las redes han resultado ser, hasta ahora, métodos eficaces para lidiar con ellas pero, como en casi todo, las mejores soluciones son las que se basan –y de las que dispone– la propia madre naturaleza. Los alumnos y alumnas de tercero de Primaria del Colegio Público Ezkaba han conocido este martes de primera mano a estos visitantes con plumas, expertos cazadores capaces de superar los 200 kilómetros por hora cuando van a por sus presas.

Se han instalado ya en lo alto de una de las torres junto al Ayuntamiento, por encima del décimo tercer piso, hasta que sean capaces de valerse por si mismas y reconocer Ansoáin como el mejor entorno en el que criar para, a futuro, disuadir a una sobrepoblación de palomas que, si no deciden marcharse, les servirán de alimento. Es lo que tiene la cadena alimenticia.

"A mí me da mucha pena que se coman a las palomas, también son seres vivos", reconoce Irati Arribas, de 9 años, en un patio revolucionado en el que los alumnos y alumnas, separados por grupos burbuja de veinte estudiantes, han podido conocer de cerca a las aves. Sus compañeros Aimar Gostiri y Oier García se han quedado con ganas de acariciarlas, pero todo no puede ser. Tal y como ha explicado la directora, Izaskun Gómez Urdánoz, en el centro han trabajado esta iniciativa mediante un vídeo e incluso les han puesto nombre a las crías, de tres semanas: Ezkabatxo, el macho; y Lumatxo, la hembra, de mayor tamaño.

Tal y como han explicado Diego Villanua, veterinario del centro de recuperación Ilundáin, y Joseba Oroz, auxiliar, se encargarán de asegurar el correcto crecimiento de las aves hasta que sean capaces de cazar por ellas mismas. Es la técnica conocida como Hacking, que se ha empleado ya en otras ciudades –como Barcelona, Londres o Nueva York– y que se ha desarrollado también en Pamplona con dos ejemplares que se establecieron en los aledaños de la Catedral.

En la Comarca podrían instalarse a futuro hasta cuatro parejas de halcones, ya que se reparten los territorios en un radio de unos dos kilómetros, según avanza Alfredo García-Falces, coordinador de la Agenda 2030 del Ayuntamiento de Ansoáin. "En el momento en el que empiecen a volar ya producen un efecto de intimidación sobre la población de palomas. Aunque en los primeros vuelos volverán a dormir o a comer, enseguida tienden a explorar, pero es algo muy a largo plazo porque hasta que no se establezca el nido o la pareja no se verán los efectos", explica el experto, indicando que además de disuadir y conseguir que se vayan, la presencia de los halcones –que pueden liquidar hasta 500 palomas al año, aunque también se alimentan de otras aves más pequeñas– consigue ser dañina para las que deciden quedarse, "ya que crían menos porque están más estresadas".

Un proceso en fases

La Sociedad Pública GAN (Gestión Ambiental de Navarra SA) es la encargada de realizar el trabajo con estos dos ejemplares, conretamente de la subespecie de halcón peregrino autóctono de la Península Ibérica, que vienen de Tudela y han sido criados en condiciones naturales por lo que el contacto que han tenido con las personas es mínimo. "Permanecerán en el nido unos 15 días hasta que terminen el desarrollo, las controlamos con una cámara y llevan un emisor a modo de gps que se les caerá a los seis meses. Cuando aleteen, vayan perdiendo el plumón y estiren las alas, les abriremos la jaula para que exploren, para que puedan reconocer el entorno y echen a volar. Si cazan, no volverán al nido hasta el año que viene, cuando críen, si está libre porque es un espacio diseñado para que estén cómodas, un sitio a buena altura que les permite adaptarse a lo que por instinto buscan para criar".

Igual para cuando vuelvan ya está ocupado, quién sabe. Porque con vistas a Ezkaba, el Cabezón de Etxauri, el Txurregi y el Gaztelu a lo lejos, el skyline que asociarán como su territorio es poco menos que inmejorable.

19/05/2021