La Fiscalía Anticorrupción ha acordado pedir de nuevo que un médico forense se pronuncie sobre si el expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán puede ser tratado en prisión del cáncer que padece y cumplir así la condena a seis años de cárcel por el caso de los ERE fraudulentos.
En una resolución a la que ha tenido acceso EFE este miércoles, los fiscales delegados de Sevilla responden así, en sus alegaciones, al informe remitido el 25 de mayo a la Audiencia Provincial de Sevilla por el Instituto de Medicina Legal (IML) que señalaba que el tratamiento al que está sometido Griñán es "poco compatible con la dinámica carcelaria".
Los fiscales piden ahora que "se oficie de nuevo al IML para que la médico forense concrete en sus conclusiones finales" si el tratamiento que en la actualidad recibe Griñán "es compatible o no con su ingreso en prisión".
Recuerdan que fue ese extremo el que le fue requerido por la Sala de la Audiencia de Sevilla en su providencia del 2 de mayo para que se pueda resolver si procede la suspensión de la ejecución de la pena de cárcel.
Además, los fiscales señalan que el informe de la forense que reconoció a Griñán "tampoco se pronuncia" sobre si la enfermedad que padece el expresidente andaluz "puede calificarse de muy grave", ya que recuerdan que el Código Penal contempla la posibilidad de suspender la pena "en el caso de que el penado esté aquejado de una enfermedad muy grave con padecimientos incurables".
Para ello, piden que se tengan en cuenta los resultados de una revisión médica que Griñán tiene que pasar el próximo 6 de junio.
En el informe, firmado por la forense María Ángeles Dichas y al que ha tenido acceso EFE, se señala que Griñán tiene una enfermedad "muy grave" y que se deberá de recurrir a servicios hospitalarios externos a la prisión para su tratamiento.
Sobre los efectos secundarios en el tratamiento hormonal y de radioterapia, así como las frecuentes revisiones a las que va a ser sometido, el informe forense considera que "parecen poco compatibles con la dinámica carcelaria, esto es, la vida en prisión, que tiene sus propios requerimientos para los penados, así como las continuas excarcelaciones".
La forense, que admite que "persiste" la consideración de una "enfermedad muy grave, pendiente de incierta evolución", pone de manifiesto también que en el informe remitido por el centro penitenciario a la Audiencia de Sevilla se habla de las "dificultades para el traslado ante situaciones de urgencia e incluso ante las propias salidas programadas de dicho centro".