Polideportivo

Antoni Daimiel analiza la erupción de Markus Howard

El periodista deportivo enumera las claves del brutal impacto del ‘killer’ baskonista en esta temporada
Howard trata de eludir la defensa de tres jugadores del Panathinaikos, durante el choque disputado en el Buesa Arena

“Es muy difícil pararle”, asegura Antoni Daimiel (Ciudad Real, 15 de febrero de 1970). “Este tipo de jugadores a mí me gustan porque me hacen disfrutar de un partido de baloncesto”, añade el periodista deportivo a la hora de valorar el estilo de Markus Howard tras su desembarco en la ACB.

Este consumado analista de baloncesto agradece la llegada de un jugador de estas características a la competición doméstica. Es un jugón, como diría su compañero de batallas Andrés Montes. Ahora es el Cazoo Baskonia el que disfruta de Howard en sus filas. “Todo un acierto del club” para Daimiel.

De hecho, el comentarista considera que al killer estadounidense se le podría considerar como un mesías que ha guiado de nuevo hacia la luz al baskonismo tras las tinieblas de la temporadas anteriores. Howard ha devuelto la fe al Baskonia con sus exhibiciones. Se puede soñar con algo grande esta temporada. Para empezar con la Copa. ¿Por qué no?

Daimiel posa con Brizuela, Alocen e Iturriaga durante la Copa del Rey de Madrid en 2019 ACB Photo

Antoni Daimiel no lo descarta. “Hay más de dos y tres equipos que pueden soñar. Es una competición propicia para ello y he visto en una encuesta de acb.com que aparece el Baskonia como tercer favorito detrás de Barcelona y Real Madrid”.

Buena parte de los aficionados, técnicos y especialistas sitúan al cuadro gasteiztarra en la final. El hecho de estar en casi todas las quinielas es algo que, en opinión de Daimiel, se ha ganado el Baskonia por méritos propios. “Más de la mitad de la gente que ha opinado ve a Baskonia finalista. Han conseguido tener esa credibilidad, con lo contundentes que han sido en la ACB y en Euroliga también”.

Un rodillo que ha permitido al “baskonismo de toda la vida aumentar su ilusión”. Y es que Daimiel tiene claro que la afición azulgrana respira al compás del equipo. Juntos. Ambos en un corazón. Si la plantilla late fuerte, la fiel hinchada vitoriana también lo hace.

Esta temporada es una de ellas. Así lo ve el narrador en Movistar. “La ilusión va en función de cómo ven al equipo de competitivo, no solo de baloncesto, sino de resultados y este año el equipo ha respondido bien”.

No solo eso. Antoni Daimiel también agradece la propuesta de este Baskonia de Peñarroya. “Es un equipo muy atractivo de ver y esto hay que contarlo en estos tiempos que corren tan pragmáticos”. Caviar. Un baloncesto exquisito, cada vez más difícil de llevar al paladar.

“Hay que esforzarse por mantener las cuotas de importancia de la estética, del disfrute y del divertimento dentro del mundo del deporte, que es algo muy importante para enganchar a gente nueva y para que los más jóvenes y los niños disfruten mucho y para aficionar a gente nueva a un equipo como el Baskonia o al baloncesto”, añade al respecto el reputado periodista deportivo.

Y es que, en su opinión, “es muy importante” que los equipos sean “vistosos” y este Baskonia, a su juicio, “tiene esa capacidad de unir lo vistoso con lo efectivo”, algo de vital importancia hoy en día. “Esto es muy importante porque cada vez se da menos en el deporte y es una de las grandes aportaciones de Joan Peñarroya en los equipos donde ha estado y ahora en el Baskonia”.

El factor Howard

Si el Baskonia practica un juego de muchos quilates y vistoso es, en parte, gracias al impacto de Howard. Es uno de los factores, tal y como explica Daimiel. “La aparición de un jugador así, que cada vez aparecen menos y también el baloncesto ofrece menos margen para que aparezcan, ha sido clave. Howard es un jugador de los que engancha a la gente de toda la vida. Es muy importante para que la afición esté pendiente y tenga localizado a un gran ídolo. Que los niños quieran ser como un jugador de Baskonia, en este caso como Howard, lo deja claro”, comenta.

Un killer que cuando tiene el día no hay muro de contención que le frene. “A él se le ve, como dice mi compañero Guillermo, cuando nota el picorcito como Stephen Curry”. Imparable. Enchufa todo lo que tira. Capaz de meter 30 puntos en menos de 20 minutos como hizo hace unos días ante el Zaragoza. “Cuando entra en trance es muy difícil pararle. Es que las mete. Él tira sabiendo que las va a meter y da igual la localización del tiro, la situación, que haya gente un poco más encima...”.

Un espíritu libre

Un jugador letal al que darle la bola en los momentos calientes del partido. En el Baskonia ha encontrado el ecosistema ideal para desplegar todo el arsenal ofensivo que lleva encima y a medida que han ido pasando las semanas, sus compañeros y Peñarroya han ido conociendo mejor sus cualidades y saben cómo explotarlas mejor. Un espíritu libre al que hay que dejarle volar. Nada de cortarle las alas. “Cuando se pone así, hay que colaborar para que él tenga el mínimo espacio para poder tirar”.

Se trata de exprimir sus momentos de efervescencia. El famoso picorcito de Curry. Un arma de destrucción masiva que, tal y como aclara Daimiel, “aunque hoy en día en baloncesto FIBA es más fácil defender este tipo de trances de jugadores”, hay que tratar de aprovechar el miedo que infunde ya que, a su juicio, “el equipo defensor tiene que arriesgar dos o tres jugadores para poder evitar el tiro en mínimas condiciones de Howard y al final se crean unas ventajas por el otro lado que doblando el balón se puede aprovechar”.

Markus Howard trata de eludir el marcaje de Puerto en el choque ante el Valencia Basket Josu Chavarri Erralde

Osado y con chispa

Es el terror para las defensas rivales. Un jugador “osado” y valiente al que no le tiembla el pulso y al que si tuviera que ponerle un adjetivo le pondría “erupción Howard”, en un claro juego de palabras por su carácter volcánico y desatado. El americano no para de producir puntos y, por tanto, le califica como una erupción por las manchas que salen en la piel “cuando aparece una alergia que no la puedes detener”. Así es Howard. “Muy difícil de parar”.

Un jugador al que Daimiel considera que su entorno familiar ha sido clave para llevarle hasta donde ha llegado. En casa ha manado el deporte y en opinión del periodista de Movistar sus orígenes portorriqueños le han proporcionado esa chispa que tiene en la cancha. “Viene de una familia muy ligada al deporte. Su padre había sido jugador de fútbol americano y era preparador físico, sus hermanos jugaban también y leí que su madre es de origen portorriqueño y entonces creo que ahí tiene una parte de ADN que le concede la chispa, el descaro y el atrevimiento”, recalca.

Físicamente muy fuerte

Un volcán en erupción y también un toro. Y es que no pasa desapercibido que el exterior azulgrana es “un jugador que pese a su estatura es muy fuerte”, según explica Daimiel. “Se nota que ha trabajado su cuerpo y esto le permite llegar fresco a los finales de partido”, analiza. Infatigable y con un tren inferior de lo más potente. “Lanza ocho o diez tiros seguidos y todavía tiene fuerza”, dice asombrado el comentarista de Ciudad Real.

También añade que “se resiste a la fatiga gracias al físico que tiene”. Un cuerpo trabajado que, en definitiva, le permite aguantar en “óptimas condiciones” físicas, de concentración y con el oxígeno necesario “para seguir anotando tiros”. Markus Howard. El nuevo mesías del Baskonia.

Abdul Rauf, un jugador de similares características que Howard en opinión de Antoni Daimiel DNA

Un estilo a Mike James y al tirador Abdul-Rauf

Son muchos los jugadores con un estilo similar a Markus Howard. Habilidosos en el bote, excelente ‘dribling’, con capacidad para penetrar y un tiro de larga distancia espectacular. Antoni Daimiel compara al baskonista con toda una estrella de la Euroliga como Mike James. “En Europa veo a James en esa línea”, asegura. Sin embargo, el periodista deportivo considera que el azulgrana tiene mejor rango de tiro que el exbaskonista que ahora brilla en Mónaco y le pone a la altura de Abdul Rauf, un jugador que, como recuerda Daimiel, tras convertirse al Islam tuvo ciertos problemas que le impidieron brillar en la NBA. “Primero se llamaba Chris Jackson y jugó en sus últimos años en Turquía, pero fue un jugador de primera línea, sobre todo en la Universidad, en Lousiana State y luego en la NBA, donde por cierto jugó también en Denver. Sin embargo, tuvo aquel problema que tras convertirse al Islam, él empezó, según los criterios de la sociedad americana y de la NBA en ese momento, a no ser respetuoso en la interpretación del himno antes de los partidos y eso supuso que acabara fuera de la NBA cuando era un gran jugador”, recuerda. Un cañonero como Howard. “Era un jugador también pequeño, pero era una máquina de anotar y diría que Abdul-Rauf podría ser equiparable a Howard”, concluye.

17/02/2023