Antonio Turiel: "Los riesgos se gestionan evitándolos"

Sería imposible entender lo que ha pasado con la DANA que hace 14 días arrasó parte de Valencia sin conocer la situación en la que nos encontramos respecto a la lucha contra el cambio climático. Y es que aunque la gota fría, las danas y las lluvias torrenciales son habituales en esta zona, la frecuencia y la virulencia de esta última nos dejan bien claro que el planeta se está revelando contra nosotros. 

Hablamos del Mar Mediterráneo, un lugar con una morfología complicada, un mar semicerrado con las montañas cerca. Todo ello favorece "tempestades fuertes", explica Antonio Turiel. El investigador científico del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC recuerda que esta no es la primera vez que llegan una gota fría o una dana pero, "el Mediterráneo se caliente muy deprisa, con dos grados por encima de los años 80 y eso hace que estas sean más violentas", explica. Asegura Turiel que vamos a tener sequía alternando con lluvias torrenciales. 

Nuestro problema con el agua

Para este experto no se trata tanto de la planificación hidrológica como de "pensar qué modelo económico podemos mantener con recursos hídricos escasos", subraya. "El agua es un recurso escaso. Necesitamos agua de lluvia. El problema es que si no hay precipitaciones vamos a tener un problema para que no sea un desierto. Hay que proteger los bosques que generan el ciclo corto del agua y buscar planteamientos diferentes más pensados en preservar la naturaleza y no la economía", destaca. 

Recuerda que el conocimiento técnico y las leyes ya existen. "Sería urgente demoler todo lo necesario pero el coste económico sería inasumible", reconoce. Aún así, insiste en que "hay que empezar a hacerlo porque tenemos el agravante de que será recurrente. Viene otra DANA, no sabemos qué va a pasar, podría ser grave pero debemos estar preparados. Tenemos que retirarnos de sitios que nunca deberíamos haber ocupado", afirma tajante. 

Las alertas de AEMET

Con las tareas de limpieza aún centrando el trabajo, es evidente que hay que pensar en la reconstrucción pero habrá que ver los fallos que ha habido en la gestión de esta DANA. Debemos recordar que AEMET lanzó hasta siete avisos en los días previos entre alertas amarillas, naranjas y rojas. De ahí que Antonio Turiel defienda su trabajo y que por lo tanto, no entienda las críticas. 

"Es alucinante el nivel de desconocimiento y desfachatez. En AEMET llevaban varios días en alerta. Cinco días antes ya dijeron que el evento era importante. Dos días antes alerta amarilla, el siguiente naranja y el día de la dana las rojas. El modelo es lo mejor a nivel mundial. AEMET hizo un trabajo excelente", resume.

Y es muy claro en el reparto de culpas. "El que tiene que tener conocimiento es Protección Civil y los responsables políticos. Deben gestionar riesgos, no es una certidumbre", aclara y subraya que la gente de la calle no debe entrar en ese debate. "El que tiene la responsabilidad es que el tiene que gestionar riesgos y los riesgos se gestionan evitándolos", zanja. "Era tan simple como decir que, en previsión de problemas se cierran comercios, colegios y decir a la gente que no se mueva. Solo con eso tendríamos 10 o 20 muertos, ojalá ninguno, pero no más de 200 como hemos tenido", afirma. 

Otra cumbre más

Este lunes comienza la Cumbre del Clima (COP29) de Azerbaiyán y encima de la mesa tenemos una planeta con una temperatura media 1,6 grados por encima de los niveles preindustriales. "Estamos por encima del objetivo marcado en París y vamos a superar el siguiente, el de dos grados", añade. Hay pronósticos que hablan incluso de una subida de 3,3 grados y esto nos dejaría, remarca, un 60% del planeta inhabitable. Es una previsión que espera que no se cumpla pero sería algo que le tocaría a nuestros nietos, hablamos de "cuatro o cinco décadas". 

Sin embargo, Antonio Turiel no tiene ninguna esperanza en esta cumbre climática. "Estamos a tiempo de no empeorarlo. Siempre se puede empeorar. La situación no es buena, estamos cerca de puntos críticos y si lo pasas, tienes una avalancha que lo cambia todo", advierte. "Es un fracaso de la política para dar una respuesta a un problema de este calado", critica.

Subraya que uno de los límites planetarios comprometidos que ya hemos pasado es el que está relacionado con el agua dulce. "La cantidad de agua potable que se genera es inferior a la que se consume", subraya y esto marca un punto de inflexión. "El tiempo se ha acabado. Hay que hacerlo ya. Si no paramos ya, el desastre está servido", advierte. 

Lamenta que en esta cumbre de Bakú "no se va a hacer absolutamente nada". "Es un paripé", resume recordando que las emisiones de CO₂ no dejan de subir. "París dio un poco de esperanza y el límite está pasado en 9 años, mi esperanza aquí es nula", reconoce.