Como si de un nueva atracción turística se tratara, los bilbainos se agolpaban ayer miércoles en la ría en Bilbao para hacerse una foto junto a la escultura que, con forma de niña, fue instalada en mitad del cauce. La gigantesca pieza, de un realismo sobrecogedor y que quedaba sumergida por el agua con marea alta, provocó la curiosidad de numerosas personas a lo largo de toda la jornada. "Esto es una performance, seguro; ahora habrá que ver quién está detrás de ella", se preguntaba Iñaki Belda, que no dudó en fotografiarse junto a ella.
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