Los restos hallados en la calle Bosquecillo durante los sondeos arqueológicos realizados esta semana van a obligar a paralizar al menos 2 meses las obras de reurbanización previstas por el Ayuntamiento de Pamplona en la zona.
Responsables de la Institución Príncipe de Viana han acudido este jueves al lugar donde se han encontrado los seis enterramientos para establecer el protocolo que se va a aplicar con el objetivo de determinar la antigüedad y el alcance del hallazgo.
Los restos han aparecido en el sondeo realizado en la zona central de la calle Bosquecillo, junto al Portal de San Nicolás. Los otros dos sondeos que se han llevado a cabo en ambos extremos de la calle han dado resultados preliminares negativos.
Ante la previsión de que se encuentren más restos, Príncipe de Viana ha autorizado la ampliación de las catas arqueológicas, a cuya conclusión se elaborará un informe técnico de conclusiones.
El dimensionamiento concreto del hallazgo permitirá delimitar las futuras intervenciones de la reurbanización, que afectarán a la calzada y las aceras de la zona del Bosquecillo.
Fuentes oficiales del área de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Pamplona han confirmado este jueves la ampliación de las catas arqueológicas en la zona y que una vez estén concluidos los estudios se adoptará la decisión sobre las obras pendientes.
El descubrimiento forma parte de los estudios arqueológicos requeridos por la normativa del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI), de cara a las obras de reurbanización de la calle Bosquecillo, cuyo proyecto está en estos momentos en fase de redacción.
Los sondeos los está realizando el Gabinete Trama y la empresa encargada de los trabajos de excavación es Construcciones Lacunza.
Los restos hallados este martes se corresponden con una necrópolis que los técnicos vinculan al antiguo convento de los Franciscanos, cuya existencia se conocía por la documentación disponible pero que no se sabía su ubicación exacta.
Los primeros estudios han podido determinar que entre los restos encontrados hay huesos de mujer y de niño, lo que descarta que se trate del cementerio de los frailes franciscanos del convento.
Jesús Sesma, arqueólogo del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno foral, ha señalado este jueves que la hipótesis más factible es que fueran pobladores de Pamplona enterrados cerca del convento, lo que era muy frecuente en la época.
"No es raro que aparezcan restos humanos de la Edad Media junto a muros de conventos o ermitas. Es una época sobre la que tenemos una amplia documentación y ya teníamos previsto que pudieran aparecer restos, posiblemente del convento de los Franciscanos", ha señalado el responsable del Departamento de Cultura.
Los trabajos en el lugar del hallazgo se centran ahora en la limpieza de los huesos para su recuperación y determinar su datación. No se descarta que puedan encontrarse también restos del antiguo el foso de la ciudad y de las estructuras defensivas que había.
Carlos Zuza, del Gabinete Trama, ha explicado hoy que falta por determinar la dimensión de la necrópolis y ver si aparecen más restos en las nuevas catas. "Veremos si aparecen más huesos o restos de las edificaciones de la ciudad. En principio no creemos que haga falta aplicar la técnica del carbono 14 para datar los huesos, que situamos entre el siglo XIII y XV. En una semana podremos tener los primeros datos contrastados de manera científica".
Ritual cristiano clásico
Los seis enterramientos se encuentran en fosas simples y guardan el ritual cristiano clásico: en posición decúbito supino y orientados al este.
Las características de las fosas remiten a un arco temporal que va de la Baja Edad Media a los albores del siglo XIX y que habrá que precisar mediante su estudio detallado, aunque según los técnicos, con gran probabilidad se trata de parte de la necrópolis asociada al antiguo convento de San Francisco.
Esta orden religiosa ocupó esa zona de la ciudad entre los siglos XII y XVI y se cree que el convento del Bosquecillo tenía un tamaño considerable.
Durante las guerras de Navarra contra Castilla (1512 y 1521) resultó parcialmente destruido. Sufrió daños del ejército del duque de Alba y pocos meses más tarde por el ejército francés que acompañaba a las tropas de los reyes de Navarra, don Juan y doña Catalina, a recuperar su reino. y mucho mayor daño le causó el mismo ejército en la tercera guerra de conquista de 1521.
Según la documentación disponible, la demolición del convento fue ordenada por el conde de Miranda, Francisco de Zúñiga Avellaneda y Velasco, nombrado virrey de Navarra por el emperador Carlos V, cargo que ejercería entre 1522 y 1529.
El convento fue trasladado al interior de las murallas de la ciudad hacia 1540, al espacio actual en la plaza de San Francisco.