El curso está llegando a su final y muchos estudiantes y padres lo están deseando. Y no solo por tener vacaciones y acabar con la rutina, sino porque muchos alumnos sufren acoso escolar, que puede derivar en ciberbullying debido al acceso de los menores a internet y las redes sociales sin un control adecuado. El aspecto físico, la condición sexual, aislarse de los demás... Cualquier motivo puede ser una excusa para molestar a un compañero/a.
Por eso, la comunicación juega un papel destacado, tanto en casa como en el centro escolar. Y también la educación. Padres y tutores deben ser capaces de educar a sus hijos valores de respeto hacia los demás. Y también educar en el ámbito digital. Es importante que el menor conozca cómo debe acceder a sus redes sociales con contraseñas seguras, qué debe y qué no debe compartir en sus perfiles (imágenes, datos concretos de nombres y lugares donde vive o estudia) porque no es posible saber con certeza quién se encuentra al otro lado de la pantalla que lo está viendo. En definitiva, que siga las denominadas netiquetas, es decir, aquellas normas que rigen el comportamiento general en internet.
El problema aparece cuando no se cumplen esas normas, como respetar la edad de acceso a redes sociales. En España la edad mínima son los 14 años, pero los sistemas de verificación de edad que implantan algunas plataformas son fácilmente eludibles. Por este motivo, la Agencia Española de Protección de Datos está desarrollando una app que impida a estos menores acceder a redes sociales y que los adolescentes entren en webs porno. La app se instalará en el dispositivo del menor que verificará su edad a través de un documento de identidad oficial. Cuando intente acceder a una red social o web no permitida, la empresa responsable podrá conectarse a esa app para comprobar si puede o no. No le será facilitado ningún dato, es decir, que no sabrá si el usuario tiene 13 o 25 años, solo si le está permitido el acceso.
En datos
El acoso escolar es un tema que preocupa cada vez más en nuestro país, pero aún faltan estudios rigurosos que arrojen datos concretos para conocer a quiénes afecta y de qué manera. Por eso, la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid junto a la Fundación ColaCao ha llevado a cabo una investigación social considerando las perspectivas de víctimas, acosadores y testigos.
En total, han participado 20.662 estudiantes (entre los niveles de 4º de Educación Primaria a 4º de Educación Secundaria Obligatoria) de 17 comunidades autónomas, de un total de 325 centros educativos. Uno de los resultados de esta investigación es que el 19,2% del alumnado reconoce haber sufrido como víctima alguna situación de maltrato entre estudiantes que podría derivar en acoso escolar.
Además, se llega a la conclusión de la relación entre acoso y ciberacoso, ya que casi la mitad de las víctimas de bullying (46,4%) reconoce haber sufrido alguna situación de maltrato digital. En cuanto al ciberacoso, se ha señalado que el 10,7% del alumnado reconoce haber sufrido como víctima una situación de maltrato entre iguales a través de dispositivos digitales, que podría derivar en ciberacoso. En este punto, lo sufren más las chicas (12,7%) que los chicos (8,7%).
De todo ello, se estima que 2 alumnos/as por aula sufren acoso escolar, lo que supone más de 220.000 estudiantes. En cuanto a los acosadores, se calculan unas 74.000 en total, es decir, uno por cada aula.
‘Apps’ para estudiantes, padres y centros
Las víctimas y los compañeros de quienes sufren algún tipo de acoso pueden alertar a los docentes a través de la app b-resol. También sirve para denunciar cualquier tipo de problema entre los adolescentes. Se puede descargar gratuitamente para iOS y Android y es totalmente anónima. El usuario solo debe enviar un mensaje o empezar un chat con los interlocutores que elija. Después, serán los destinatarios quienes sigan el caso para solucionarlo.
Andrea es otra app con la que los escolares podrán informar y reportar casos de acoso escolar y ciberacoso de forma anónima directamente a los profesores del centro. Para utilizarla, es necesario contratar un plan a medida y después podrá acceder a ella tanto el personal del centro como los alumnos y sus padres.
Para los progenitores existe una app concreta que monitoriza las comunicaciones digitales de sus hijos y alerta acerca de comportamientos inadecuados hacia ellos mismos u otros menores. Se trata de Bark, con la que también se puede administrar el tiempo de pantalla y filtrar sitios web.
Especialmente desarrollada para los menores está ReThink. Se trata de hacer que los estudiantes repiensen (como su nombre indica) antes de enviar comentarios perjudiciales. Para ello, hay que instalar la app y configurarla como un teclado y cuando detecta mensajes como potencialmente dañinos, los bloquea de forma no intrusiva para hacer reflexionar al usuario.