Su nombre es Lydia Vargas Lázaro, pero en redes sociales muchas personas la conocen por su usuario, @hilobordo_, una cuenta en la que comparte con los usuarios de esta red social una de sus grandes pasiones, los bordados. Nacida en Donostia un 5 de diciembre de 1995, estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco y en estos momentos trabaja en la multinacional Brioche Pasquier, pero lo que nos ocupa en esta ocasión es lo que hace en sus ratos libres, la creación de textos, versos y hermosos bordados.
Pero, ¿de dónde viene ese amor por crear arte en todas sus vertientes? La de los bordados, cuenta ella, le viene de su abuela. “Inició el día en que con seis años mi abuela me puso un bastidor, aguja e hilo en mis manos de niña y me enseñó a elaborar mis primeros bodoques -relieve de forma redonda que se utiliza de adorno en bordados- y flores. Ay, las flores. En aquel tiempo a su vez también aprendí a hacer punto de cruz. Me encantaba hacer cualquier tipo de patrón que me pusieran delante, siempre era de nivel básico, claro”, recuerda con cariño.
“ Llegó la pandemia para desbloquearme aquel recuerdo y volvió a florecer en mí la pasión ”
Lydia Vargas - @hilobordo_
Y, a medida que fue creciendo, ese hobby reconoce que pasó a un tercer plano y quedó aparcado a lo largo de toda su adolescencia. Pero volvió. “Llegó la pandemia para desbloquearme aquel recuerdo y volvió a florecer en mí la pasión y las ganas por la creación de los bordados. Esta vez, queriendo llevar la pasión a un nivel superior y queriendo aprender a hacer cosas nuevas, más complejas. Esta vez, con los bordados vi delante de mí un mundo infinito para poder crear cualquier cosa bella a través de mis manos, se transformó en mi refugio y una forma de terapia”, señala.
Pero, ¿es una pasión complicada? Ella nos explica que para crear un bordado no es necesario aprender a hacer puntadas muy complicadas, y en sus historias destacadas de Instagram muestra cómo se hacen algunas de ellas. Porque cada creación es única y en función de eso también nos llevará más o menos tiempo llevarla a cabo. Tamaño y complejidad son los elementos determinantes. “Si es un bordado pequeñito y simple en una tarde podría estar listo. Pero si es algo más complejo, me suele llevar entre dos o cuatro semanas, ya que trabajo a tiempo completo y no puedo dedicarle todo el tiempo que me gustaría a esta pasión”, nos recuerda en ese sentido.
Las redes, un lugar donde crear comunidad
Y las redes sociales también la han acompañado durante este tiempo. “La parte buena que tienen las redes es eso ¿no? Compartir y poder crear comunidad sobre tus pasiones, intereses y gustos. Me gusta tener una cuenta dedicada exclusivamente para los bordados porque me ayuda a llevar esa pasión a otro nivel y también a diferenciarla de mi vida personal, a aportarle más valor a mis bordados...”, nos cuenta, porque aunque no tuviera redes sociales seguiría bordando, pero “probablemente seguirían entre las cuatro paredes de mi habitación sin ver la luz y sin estar adornando ningún hogar”. Y, ¿un consejo para emprender esta aventura? “Como todas las pasiones, es dedicarle tiempo. Pero sobre todo, para mí la clave del éxito está en poner el corazón en hacer aquello que te apasiona, elaborarlo con mucho mimo y amor”.
Una pasión que le sigue hasta de vacaciones
Lydia Vargas nos regala una anécdota de todos estos años ligada al bordado. Y es que es una pasión que la sigue hasta en vacaciones. “Cuando sé que voy a estar más de tres días fuera de casa o viajo me llevo conmigo mi pequeño kit de bordado”, nos cuenta, y pone un ejemplo para ilustrarlo. Y es que este mismo año, por ejemplo, ha cruzado todo el Estado español bordando el proyecto en el que se encuentra trabajando ahora. “Era tremendamente difícil dar una única puntada en el coche viajando a 120km/h, me reía por no llorar”, sonríe.
Además, cuando probó a bordar fuera del sitio donde normalmente borda (su casa), descubrió unas “sensaciones increíbles, como la calma de bordar en plena naturaleza, es algo tan terapéutico...”.
El primer paso para empezar, decidir lo que vamos a bordar
Aprende paso a paso a elaborar un mágico bordado con los consejos de Lydia Vargas, @hilobordo_
Manos a la obra. A continuación vamos a aprender a elaborar un diseño de la mano de Lydia Vargas (@hilobordo_). Y para ello lo primero es decidir qué vamos a bordar, en qué tamaño y dónde. Una vez sepamos eso, hacemos un esbozo a lápiz del dibujo que queramos bordar, en el tamaño que lo queramos bordar. “Después, yo lo suelo pasar a bolígrafo o un rotulador grueso y a continuación se pasa el dibujo a la tela o material en el que lo queramos bordar”, nos explica. Una vez que ya tengamos lo que queremos bordar pasado a tela, lo que debemos hacer a continuación es ajustarla en el bastidor y escoger la paleta de colores que vamos a utilizar; es decir, los hilos de colores. “Lo especial que tienen los hilos de bordado es que están compuestos por seis hebras. Normalmente yo suelo utilizar entre dos y tres hebras para mis bordados, pero cuantas más hebras utilices en las puntadas más volumen dará al bordado, y al contrario; si únicamente utilizas una sola hebra será muy finito”, nos explica. Con esto podemos ir jugando para darle volumen y contorno al bordado, y también para bordar los pequeños detalles. Y al igual que ocurre con la costura, cogeremos el hilo con el que vayamos a bordar y en una de las extremidades le hacemos un nudito y por el otro lado enhebramos la aguja. Siempre se comienza metiendo la aguja por el reverso, y a partir de ahí, iremos dando puntadas siguiendo el dibujo, o rellenando aquellas partes a las que se les quiera dar más textura y color. “¡Y voilà! Tendremos finalizado el bordado”.
Materiales
No es difícil dar con los materiales. Lydia nos cuenta que en la mercería más cercana de donde vivas puedes encontrar agujas e hilos de bordado, aunque señala que depende del material que quieras utilizar para tu bordado deberás ir a comprarlo a un sitio u otro. “Y bueno, para las cosas más específicas que a tu alrededor no consigas encontrar, siempre tienes Internet”, recuerda.