Toca volver a Gasteiz, a una ciudad en la que Pablo Alaña tiene a gran parte de su familia y donde ha estado en innumerables ocasiones. Pero esta vez la visita es especial. Bajo el brazo, el abogado y escritor traerá su debut literario, La sospecha eterna (Versátil Ediciones). En concreto, el encuentro con los lectores se producirá el próximo día 30 a partir de las 18.30 horas en las instalaciones de la librería Elkar en la calle San Prudencio.
Será la oportunidad, también gracias a la presencia en el acto del periodista Iñaki Casas, de profundizar en una novela en la que se unen los géneros policiaco y judicial. La protagonista es una abogada que asume la defensa de una amiga íntima, que parece ser la principal sospechosa del asesinato de un hombre que ha aparecido muerto en Comillas y al que nadie parece conocer.
“Lo que se pretende, por un lado, es entretener, contar una trama totalmente adictiva, que además tiene varios giros y sorpresas a lo largo de toda la novela”, explica el autor. Pero además, “hay una segunda capa, un trasfondo humano que lleva al lector a reflexionar sobre cuestiones como las apariencias, los prejuicios y la confianza. Se plantea qué papel juega la sociedad y sus prejuicios cuando se dan determinadas circunstancias extremas”, máxime en “poblaciones donde todo el mundo se conoce”.
“Se me ocurrió que podía ser interesante una trama en la que un abogado tuviera que ir más allá de su función habitual, que es la de defender a su cliente en un juzgado”. Aquí Clara Caballero no tiene más remedio que traspasar esa frontera profesional debido a la amistad que le une con la acusada. Eso, a juicio del autor, le confiere al libro otra dimensión poco habitual, algo que parece que está gustando no solo a los lectores puesto que la publicación ha ganado ya el Premio València Nova 2022. “Ha sido toda una alegría porque es entrar en el mundo literario de la mejor manera posible. Es un orgullo. A partir de ahí, todo lo que venga, bienvenido sea. Espero que la novela guste y entretenga, que la gente disfrute, se lo pase bien y se quiera sumergir en ese juego que le propongo”.
Antes y después Este debut, de todas formas, tiene sus precedentes, más allá de las publicaciones sobre abogacía realizadas por Alaña. “Desde pequeño siempre he tenido inquietud por la literatura. Leía muchísimo y todo tipo de novelas. Supongo que a base de eso se va cultivando ese germen por querer escribir la historia que te gustaría leer”. Llegó a presentarse a algunos concursos literarios cuando era adolescente, aunque es ahora cuando se ha lanzado a escribir esta novela.
“La idea es que haya más libros, aunque ahora estoy más centrado en disfrutar todo esto que me está viniendo con La sospecha eterna. Sí siento ganas de ponerme a escribir el siguiente, pero quiero disfrutar del momento porque esto no pasa todos los días”, apunta el autor, más allá de que su profesión de abogado también reclama la atención. “Hay que sacar horas de donde sea, pero cuando algo te gusta mucho, siempre las encuentras”.