Parece que vienen del Golfo de México o de Cabo Verde, que se mueven a través de las corrientes marinas y que las temperaturas frías no les sientan bien. Esas son algunas de las características que tienen las tortugas boba o Caretta Caretta.
El año pasado llegó el primer ejemplar a la costa vasca, se trataba de Bermiu, una tortuga boba de 20 centímetros que acabó a cinco millas náuticas de la playa de Bermeo al perder el rumbo por el contraste térmico del mar. Esta pequeña estuvo meses recuperándose en el Aquarium de Donostia hasta que estuvo lista para ser devuelta al mar. "Cuando reintroducimos a Bermiu lo hicimos con un chip, un transmisor satelital y hemos podido hacerle un seguimiento de sus movimientos", explicaba Xabier Lasaga, responsable de Comunicación del Aquarium de Donostia en Onda Vasca.
Actualmente hay mucho desconocimiento acerca de las migraciones y actividad biológica de las tortugas. y es por ello que no se puede saber, a ciencia cierta, cómo han llegado otras cinco tortugas bobas a la costa vasca. "Aquiles, Pirata y Portu son unas benjaminas" esos son los nombres de las últimas Caretta Caretta que han estado recuperándose en el Aquarium y han sido liberadas.
Aquiles
Aquiles fue la primera tortuga rescatada el 13 de abril con un peso de 1,69 kilos y 22 centímetros de longitud. "Tenía una herida cicatrizada en la aleta, de ahí su nombre" y presentaba una pequeña infección respiratoria que ha superado.
Pirata
Pirata, fue encontrado el 22 de abril en la costa de Mutriku. Apareció con una infección en el ojo, por lo que decidieron ponerle el nombre de Pirata y también llego con neumonía y el caparazón cubierto de algas.
Portu
Portu fue la última en llegar y lo hizo casi hasta atracar en el muelle de Donostia ya que fue encontrada en pleno puerto muy débil con una neumonía grave. En este caso, su nombre hace honor al lugar donde fue encontrada.
Condiciones del mar
El motivo por el que han sido reintroducidas tras su recuperación por estas fechas es que la especie necesita una temperatura cálida para poder viajar y, de hecho, en el Aquarium estuvieron alojadas en la zona de cuarentena a una temperatura constante de 25ºC. El tratamiento incluyó antibióticos, colirios y una dieta variada y completa, enriquecida con vitaminas. Actualmente hay otras dos tortugas recuperándose en el acuario de Donostia.