“Le invito a hacer una reflexión: ¿Cómo puede ser más fácil pactar con el PSC y los comunes que con la mayoría independentista que permitió su investidura, con la mayoría independentista que permitió el 1 de octubre?”. Fue la réplica de Junts a Pere Aragonès después de que el president sacara adelante ayer los presupuestos de 2023 con el respaldo de las formaciones de izquierda del Parlament frente al voto en contra de los posconvergentes y del resto de grupos. El líder de ERC se limitó a agradecer a quienes avalaron las cuentas el paso dado, “necesario y en beneficio del país”, y aseguró que el Govern seguirá “con la mano tendida” hacia las fuerzas soberanistas, en alusión a JxCat y la CUP. “En la ejecución presupuestaria y el resto de políticas encontraremos espacio para ponernos de acuerdo”, deseó el dirigente republicano, satisfecho de que la Generalitat, pese a los obstáculos, siempre encuentra los caminos para avanzar hacia “una Catalunya más libre, justa, próspera, verde, feminista y democrática”. La proclama no sirvió para aplacar las críticas del independentismo y por primera vez desde los tiempos del tripartito, y en contraste con la fotografía habitual de la última década, se visualiza una quiebra de los bloques que no se había dado durante todo el procés.
El líder de Junts en la Cámara catalana, Albert Batet, reprochó a Aragonès que no haya tenido “en ningún momento” la “mano tendida” hacia su partido y le acusó de haber roto “la mayoría independentista” al elegir “la confortabilidad autonómica”. A su juicio, la aprobación de los presupuestos con esta mayoría constituye “una anomalía, un hecho sin precedentes en el Parlament” que es consecuencia de que el president “no haya hecho ningún esfuerzo para mantener la mayoría independentista” mientras hacía “gestos” al PSC, “retrocediendo hacia el autonomismo”. “No éramos los socios prioritarios, por eso somos la única alternativa al tripartito”, reseñó el dirigente posconvergente, quien le espetó: “La mayoría independentista en el Parlament se ha roto. Usted, y la cúpula de ERC, ha elegido, president, pero la mayoría independentista sigue en las urnas y en las calles”. Por su parte, la portavoz de la CUP, Eulàlia Reguant, denunció que estas cuentas son “la constatación del giro a la derecha del Govern”, ya que “abrazan proyectos nefastos para el país”, y censuró a los comunes que “a la hora de la verdad” voten “lo contrario” de lo que dicen defender. También aprovechó para lanzar un dardo a Junts: “Las anteriores cuentas, con su aval, ya eran autonomistas”.
Agradecimiento socialista
Desde el PSC de Salvador Illa agradecieron el viraje de Aragonès. Su portavoz, Alícia Romero, afirmó que se ha priorizado “el bien común y el interés colectivo”, con un resultado final “satisfactorio”. “Gracias a Pere Aragonès por hacerlo posible”, dijo, garantizando que los socialistas tienen “palabra” y cumplirán lo pactado, después de la polémica con ERC por tumbar, a través de una enmienda socialista a la ley de acompañamiento, un plan piloto sobre renta básica universal. El PSC velará por que el acuerdo presupuestario “se cumpla de la A a la Z”, a través de una comisión de seguimiento que nacerá con las “confianzas” necesarias, si bien avisó de que su grupo no se “adherirá” a lo que haga el Govern, sino que Aragonès deberá buscar “grandes consensos” y aceptar que está gobernando “en minoría”.
Poco antes de la votación, la consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, celebró la “gran noticia” de la aprobación de unas cuentas que prevén un gasto de más de 41.000 millones de euros, al imponerse “el espíritu constructivo y las buenas maneras” en la negociación, y puntualizó que “desde 2015 no se aprobaban dos presupuestos consecutivamente”. Por parte de ERC, Marta Vilalta subrayó que “nadie de este hemiciclo puede afirmar” que Catalunya estaría “mejor sin presupuestos”, puesto que “ni el todo o nada ni el cuanto peor, mejor funcionan”.
Juicio a Serret
Por otra parte, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) citó a declarar a la consellera de Acción Exterior y de la Generalitat, Meritxell Serret, el próximo 29 de marzo por presunta desobediencia. “La represión no me para y sigo haciendo política y defendiendo el proyecto republicano e independentista. Estamos aquí para ser útiles a la ciudadanía y para construir una Catalunya más libre”, indicó Serret, que regresó de Bélgica en marzo de 2021 y compareció voluntariamente en el Supremo.