La consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, ha pedido a la dirección de la planta de Mercedes de Vitoria y a los sindicatos que cedan "para acercar posturas que lleven a un acuerdo".
Tapia se ha referido en una entrevista en Radio Euskadi a la importante reunión que mantienen este martes la dirección de la multinacional alemana en Vitoria y el comité para seguir negociando el convenio colectivo en un momento en que la compañía automovilística ha anunciado una posible inversión de 1.200 millones en la fábrica alavesa, la principal empresa de Euskadi con más de 5.000 empleos directos y 30.000 indirectos.
La jornada de hoy podría ser crucial para que el comité desconvoque las tres jornadas de huelga previstas para esta semana: la primera unitaria mañana miércoles, el mismo día en que el lehendakari Iñigo Urkullu y la consejera Tapia se reunirán en Stuttgart con la dirección de Mercedes Benz para respaldar dicha inversión, y otras dos el jueves y viernes secundadas en principio por ELA, LAB y ESK.
CCOO y UGT han anunciado que en función de lo que les proponga hoy la dirección decidirán si se suman o no a las huelgas del jueves y viernes.
El alcance de los paros en Mercedes, pendiente de la reunión de hoy
Para Tapia, que ya se encuentra en Alemania con una intensa agenda empresarial, "es buena noticia" que la mesa negociadora se vuelva a reunir. "Entendemos la complejidad, pero ambas partes tienen ceder para acercar posturas que lleven a un acuerdo", ha dicho.
La consejera ha puesto de relieve la importancia de esta inversión de 1.200 millones anunciada por la multinacional. "Es una oportunidad que nadie se pude permitir dejar pasar, ni trabajadores, ni instituciones, ni la propia planta, por lo que hacemos un llamamiento a que se sienten con voluntad de acuerdo", ha añadido.
No obstante ha confiado en que "ese acercamiento de posturas, siendo complejo, puede empezar desde hoy". El lehendakari también subrayó en días pasados la importancia de la inversión de Mercedes Benz en Vitoria, que posibilitaría la modernización de las instalaciones y duplicaría su capacidad de producción, una inversión que desde el Gobierno Vasco y el resto de instituciones ven como "estratégica" para el conjunto de Euskadi.