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Arantza Fernández-Rivas: “Los adolescentes siguen mal y los diagnósticos no dejan de subir”

Conoce de primera mano los ingresos psiquiátricos hospitalarios de los chavales y constata cada día su sufrimiento emocional, que no ha dejado de crecer
Arantza Fernández-Rivas

La responsable de la Unidad de Hospitalización psiquiátrica de menores de edad de Bizkaia radicada en el hospital de Basurto, que inició su andadura hace dos décadas, ha comprobado en primera persona cómo se ha disparado el número de ingresos. En esta unidad, la única de hospitalización de este territorio, ingresan chavales desde los diez años hasta los 17. “Las mismas ocho camas de 2003 son las mismas ocho camas del 2023”, afirma Fernández Rivas.

¿Se quedan escasas esas camas con las repercusiones tan graves que ha tenido la pandemia en la salud mental de la adolescencia?

—Durante la pandemia se han quedado escasas y ha habido que pedir mucha ayuda a los pediatras y se han hecho hospitalizaciones en Pediatría.

Esta crisis sanitaria se ha cobrado un gran peaje en la salud mental de los menores.

—Los ingresos psiquiátricos de adolescentes han subido muchísimo. Los ingresos crecieron un 65% en 2021 respecto a 2019. Pero es que en 2022 continuaron un 45% por encima. No creo que haya muchas especialidades con este incremento de ingresos y que sigan subiendo. Se disparó sobre todo en 2020 y 2021; en 2022 bajamos un poco, pero sin volver ni de lejos a la situación prepandemia.

¿Por qué esta tan tocada su salud mental? ¿Cuáles son las razones de este sufrimiento emocional? El confinamiento queda ya lejos.

—Es que les hemos quitado tres años de vida. La adolescencia es una etapa donde se hace la maduración definitiva, y desarrollan la identidad. Para poder madurar necesitan estar en contacto directo con iguales, con los de su edad. Pero relación directa, no on line. Y eso se rompió. Hay que añadir el estrés ambiental porque todo el mundo se sentía sobrepasado, y también la pérdida de valía personal porque lo que tuvo que ver con el rendimiento académico quedó mermado. Eso les colocó en una posición vital en la que ni podían madurar lo que les correspondía ni se sentían valiosos. Y además la incertidumbre reinante. Ha sido un experimento extraño y, por eso, siguen mal. Necesitarán un tiempo para ir recuperando.

A raíz de la pandemia también aumentaron notablemente los trastornos de anorexia. ¿Eso continúa?

—Esa ha sido la patología que requiere hospitalización que más ha aumentado. Comparando prepandemia con 2021 se multiplicaron este tipo de problemas por 4,7. Es decir aumentaron un 473%. Es una burrada. Ahora sigue habiendo muchos más casos. Ha bajado en comparación con el 2021 pero seguimos con una prevalencia de anorexia muy alta.

¿Cuáles son los motivos?

—Es que la sociedad favorece la anorexia. No solo obedece al sufrimiento emocional que han tenido los adolescentes con el covid, sino que tenemos una sociedad demasiado pendiente del físico, de la imagen corporal, de la hipertrofia muscular. Estamos creando una generación más protrastornos de alimentación. Eso equivoca mucho a los adolescentes.

¿Qué tipo de trastornos requieren más ingresos?

—Lo más frecuente son trastornos de conducta, es decir problemas graves de comportamiento. Después los episodios depresivos, los episodios psicóticos, ingresan también por ideas de suicidio, por haber realizado una tentativa, y finalmente por trastornos de conducta alimentaria.

Parece muy difícil diagnosticar a un chaval de diez u once años.

—La evaluación de niños menores se hace mediante entrevistas, también utilizamos métodos indirectos, como el dibujo o el juego con los más pequeños. Pero un niño de 10 u 11 años tiene mucha capacidad, a través del lenguaje verbal, no verbal, o del comportamiento, y puede expresarse lo suficiente como para hacer una evaluación clara.

¿Qué diferencia su servicio en el Hospital de Basurto de otros?

—Nuestro servicio es el único en Bizkaia que tiene la unidad de hospitalización donde vienen todos los menores vizcainos que necesiten un ingreso psiquiátrico. Además brindamos tratamientos, a través del hospital de día, se atiende a nivel ambulatorio, y se atiende la consulta externa de niños y adolescentes, vinculada a Pediatría.

Cuentan además con muchos programas específicos.

—Sí, tenemos programas específicos de tratamiento intensivo psicoterapéutico que están basados en terapia dialéctica conductual y van dirigidos a adolescentes con problemas de impulsividad y desregularización emocional. Tenemos un programa extenso de trastornos de conducta alimentaria. Hay un equipo que trabaja en torno a la perinatalidad. También en enfermedades raras, un par de profesionales están especializados en salud mental y sordera. Y formamos a profesorado en competencias socioemocionales.

01/07/2023