La dirección de ArcelorMittal han planteado este viernes a los sindicatos un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor que afectaría a unos 7.000 trabajadores de su plantilla en el clúster de Asturias, tras el accidente que el miércoles provocó daños en el horno alto A de Gijón.
El ERTE afectaría a la plantilla del clúster que incluye la planta de Etxebarri, así como todas las de Asturias, la de Sagunto, y la de Lesaka, han informado a EFE fuentes sindicales.
Los sindicatos consideran que la decisión de la empresa es prematura y han pedido esperar a conocer el verdadero alcance de los daños registrado en el horno alto.
Por el momento, ArcelorMittal ha constatado la perforación del crisol, la parte baja del horno alto donde se deposita el arrabio, el material fundido que se obtiene en el alto horno mediante la reducción del mineral de hierro.
El incidente, que obligó a la evacuación del personal, se produjo en torno a las 17:50 horas del miércoles durante una operación programada de mantenimiento.
Durante esa intervención se produjo una reacción interna por contacto del arrabio con agua dentro del crisol del horno, que provocó un incendio de grandes dimensiones que fue sofocado por los bomberos de la empresa.
La reacción produjo la salida de arrabio a través de la pared del crisol y por la tobera que iba a ser reemplazada, según explicó ArcelorMittal, que aún debe esclarecer el origen de la presencia de agua dentro del crisol.
La siderúrgica espera el alcance de los daños en el plazo de una semana para valorar la posibilidad de reparar unas instalaciones cuya vida útil estaba programada para 2025 aproximadamente.
Las organizaciones sindicales mantendrán una nueva reunión el próximo viernes, ya con todos los datos que permitan valorar los daños.
El incidente obligará a parar las instalaciones al menos durante dos meses y es por ello que la empresa ha planteado la aplicación de un ERTE para el conjunto de trabajadores de su plantilla.
El horno alto A de Gijón retomó la actividad el pasado 6 de febrero después de estar parado desde finales del pasado mes de septiembre por la contracción de la demanda de productos siderúrgicos.
ArcelorMittal presentó en julio de 2021 un plan de descarbonización de su producción que planteaba la sustitución de este horno alto por una planta de reducción directa del mineral de hierro, que en un primer momento utilizaría gas natural y después hidrógeno verde, y un horno híbrido de arco eléctrico.
La Comisión Europea aprobó el pasado mes de febrero una ayuda estatal española de 460 millones de euros para este proyecto, que contaría con una inversión de 1.000 millones de euros y que aún está pendiente de su aprobación definitiva por parte de la multinacional siderúrgica.