Archivada la querella de Abogados Cristianos contra el polémico colectivo de artistas de Fuenlabrada

La Sección número 16 de la Audiencia Provincial de Madrid desestimó el pasado 22 de octubre el recurso que Abogados Cristianos presentó contra la resolución del juzgado número 6 de Fuenlabrada. Dicho órgano dictó el sobreseimiento y archivo de la querella por escarnio que la fundación presentó contra el Colectivo de Artistas del Sur (CAS) al “no haber suficientes indicios de criminalidad que justificaran su continuación”, según el auto archivado.

El inicio de la historia se remonta a los albores de 2023. El 20 de enero de dicho año se inauguró la exposición “Explicaciones de qué. Cuando el arte impugna a lo Real” en el Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada (Madrid). La exhibición pretendía, según sus autores, hacer reflexionar al público mediante una autocrítica de la sociedad.

Tres semanas después, el 10 de febrero, y a solo dos días de la conclusión programada de la exposición, el alcalde de la localidad, Francisco Javier Ayala Ortega (PSOE) ordenó el cierre de la muestra, calificándola de “mal gusto”, tras el alud de críticas, amenazas e insultos vertidos en las redes sociales contra la exhibición. Ese mismo día, decenas de personas se manifestaron frente al centro cultural contra la decisión del Ayuntamiento.

Las obras que motivaron la clausura de la exposición fueron dos: un confesionario en cuyo interior aparece un pene gigante, en representación de un sacerdote, y un Cristo crucificado con cabeza de bebé que sostiene en sus manos un billete y una pistola.

En su declaración ante el juzgado, los miembros del CAS citados como investigados dijeron que “no pretendieron ofender los sentimientos religiosos de nadie”. Añadieron, además, que las obras “ya habían sido expuestas en Fuenlabrada en otras ocasiones, en exposiciones con mayor audiencia, y nadie manifestó sentirse ofendido por ello”.

Los artistas aclararon que la intención de la obra del confesionario pretendía denunciar la pederastia en el seno de la Iglesia, mientras que el crucifijo era una reflexión acerca de “cómo se usan las palabras de Jesús, cómo se ha mancillado y tergiversado su mensaje de paz, de amor al prójimo y ayuda al necesitado, para usar la violencia y ganar dinero”.

El colectivo ya había expresado anteriormente que su intención no era ofender los sentimientos religiosos, sino todo lo contrario: criticar a quienes hacen uso de la fe cristiana para lucrarse o justificar la violencia o los abusos sexuales.

La Audiencia Provincial de Madrid da ahora la razón a los artistas y aclara que “la sola exposición de las obras no acredita por sí sola” la existencia del elemento subjetivo necesario para que exista delito de escarnio, “sino que se ha de atender a la conducta posterior como fue la petición de disculpas y la clausura de la exposición por el Ayuntamiento, así como las manifestaciones de los propios investigados”.