Iñaki Arechabaleta sonrió ante los micrófonos. Acababa de perder las elecciones del Athletic ante un Jon Uriarte arrasador; pero a pesar de ello, el empresario deustuarra dijo estar contento: "No he conseguido lo que quería, que era servir al Athletic los próximos cuatro años; pero me voy feliz".
La segunda opción de la masa social rojiblanca, con un 33,72% de los votos -7.927 en total-, abandonó San Mamés entre aplausos de una afición que reconoció su trabajo y empeño durante toda la campaña electoral. Y a esa gente, a los seguidores de su Athletic, Arechabaleta quiso dirigirse: "Quiero dar las gracias a esos socios que me han apoyado y también al resto, a los que no, porque gracias a ellos se ha logrado un récord de participación. Me parece alucinante que un día de junio se haya conseguido que la masa social se mueva de esta manera y hemos tenido un día impresionante". De hecho, la novedosa e histórica apertura de La Catedral para estos comicios fue algo celebrado por el bilbaino, por lo que tampoco quiso dejar pasar el gran trabajo de la organización.
Sin embargo, gran parte del discurso de cierre de Arechabaleta se centró en el ya nuevo presidente. El empresario ya había felicitado a Uriarte fuera de cámaras, a ojos de los que se encontraban en los aledaños de San Mamés, cuando ni siquiera se habían publicado los resultados oficiales. Y tampoco le tembló la voz para hacerlo delante de los medios de comunicación: "Deseo que tenga mucha suerte porque su suerte será también la del Athletic y eso es fundamental para los próximos años. Y felicitar también a su equipo porque es el que ha hecho posible ganar estas elecciones".
Para finalizar, Arechabaleta admitió habérselo pasado muy bien durante el mes y medio en el que presentó su candidatura y proyectos: "Tengo que reconocer que estas semanas he disfrutado un montón sirviendo al Athletic. Lo he dicho repetidas veces, me he divertido mucho con la gente que me ha estado apoyando y con la que he hecho una amistad tremenda". Después de ello, el deustuarra abandonó el césped de San Mamés y, de paso, su sueño de convertirse en el presidente 33 del Athletic.