Los miembros de Aratz, la asociación de Aretxabaleta en favor de las personas con discapacidad intelectual, estrenarán el próximo viernes su último corto
El pueblo vive totalmente asustado porque la falta de respeto es cada vez mayor. Un joven del municipio, aprovechando un descubrimiento científico realizado por el farmacéutico local, intenta corregir la situación y para conseguirlo se aliará con otros jóvenes. Con ese argumento como telón de fondo Aratz Elkartea presenta su último cortometraje Respect (Respeto), una cinta de 25 minutos de duración que planta cara a la violencia y sus mil caras.
No es la primera aventura cinematográfica en la que se sumerge la asociación aretxabaletarra en favor de las personas con discapacidad intelectual. En esta ocasión 18 miembros de Aratz, de entre 16 y 55 años –algunos de ellos residentes en el piso que Atzegi gestiona en la calle Durana–, se meten en el papel de actores y actrices para conducir una historia que desemboca en un mensaje contra la violencia sexista, el racismo, el bullying...; un grito de "stop violencia en todas sus manifestaciones", expone Jokin Antxia, que es el autor del guión del corto que tendrá su puesta de largo el 17 de diciembre en la gran pantalla de Arkupe.
Sin hablar, pero diciendo mucho más que con palabras. No hay diálogo. Solo gestos que se apoyan en "la naturalidad" que derrochan ante la cámara los protagonistas de esta producción audiovisual gestada en Aretxabaleta. "Al contrario de lo que se pueda pensar de que cada escena hay que repetirla varias veces, salen bien a la primera", aprecia Antxia. Se compenetran con sus personajes para dar vida a un relato en el que no faltan "los toques de humor".
Se pusieron manos a la obra en noviembre de 2019 con la mirada puesta en mayo de 2020 para el estreno. Pero la pandemia trastocó los planes y han tenido que esperar hasta este próximo viernes para presentar en público Respect. El cortometraje fue grabado en siete sesiones bajo la dirección del youtuber aretxabaletarra Xabi Antxia, que se ha encargado también de las labores de montaje. "Es un artista; asumió el proyecto con muchas ganas y ha hecho un buen trabajo", destaca Jokin.
El paraje natural de Urkulu, el jardín del convento, el frontón... han servido de escenario para el rodaje. En todos los cortos que los miembros de Aratz han realizado hasta ahora han ambientado sus escenas en "los lugares más conocidos e interesantes" del municipio. Y es que estos trabajos han servido, de algún modo, de embajadores de Aretxabaleta allí donde se han proyectado.
Además, en esta última producción participan por primera vez personas sin discapacidad; "un paso más", como señala Antxia, en la inclusión social de las personas con diversidad funcional.
el sexto cortometraje En la gran pantalla y, a su vez, sobre las tablas, los integrantes de Aratz han mostrado sus virtudes escénicas que forjaron hace un par de años en el curso de teatro que dinamizó el aretxabaletarra Iurgi Etxebarria.
Bidaia baten ametsa, Amapolia, Are-baleko misterioa, Ekipo y Olympics son los cinco títulos que preceden a Respect. Aratz alumbró a su primer retoño audiovisual en 2006 animado por la organización del festival internacional de cine de la localidad italiana de Gorgonzola, al que han concurrido hasta en tres ocasiones, regresando con más de un premio bajo el brazo.
La experiencia entre cámaras es "un verdadero disfrute", reconoce Antxia. Todo el proceso en su conjunto para dar forma al cortometraje. Paso a paso. La asociación aretxabaletarra, que en 2022 cumplirá 30 años de andadura, ha hecho de los cortos una de las señas de identidad dentro de las iniciativas y actividades que organiza para favorecer la participación social de las personas con discapacidad intelectual.
Les gustaría llevar su último proyecto a un festival y proyectarlo en otras salas. Pero antes, dentro de cinco días, Respect se presentará en casa. En una doble sesión en la casa de cultura: a las 18.30 (a este primer pase se ha invitado a los miembros de Aratz) y 19.30 horas. En ambos casos la entrada es gratuita.