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Bizkaia

Aritz Antolín, un diseñador de objetos con historia

El arquitecto sestaoarra Aritz Antolín ha creado unas cestas con biomaterialesl Con este proyecto busca homenajear y poner en valor la labor de las rederas vascas
Aritz Antolín tuvo claro desde el principio del proyecto que las cestas eran un homenaje a las rederas.
Aritz Antolín tuvo claro desde el principio del proyecto que las cestas eran un homenaje a las rederas.

Los objetos, por sí mismos, pueden, más allá de tener una funcionalidad, transmitir un mensaje, una idea. El arquitecto y diseñador sestaoarra Aritz Antolín ha querido homenajear a las mujeres del mar, especialmente a las rederas, con la creación de unas cestas con biomateriales. La creación de estas cestas con este tipo de materiales, llamada Amama, que ya se usan mucho en moda fue su proyecto fin de máster de diseño de muebles y, como en todos los diseños que ha realizado, en estas cestas hay una parte de sus vivencias e ideas. “Estos diseños son un homenaje a las mujeres invisibles de la costa vasca. Quería que, además de ser un artículo de homenaje a estas mujeres que no han sido ni son suficientemente valoradas, fuese algo útil”, asegura este sestaoarra de 30 años al que el diseño y la creación de cestas le viene de familia. No en vano, su abuelo hacía cestas para pescar y Aritz tiene recuerdos. “Este proyecto es también un homenaje a mi abuela, por eso el nombre de la colección, Amama, y también a mi abuelo porque hacía cestas. Estoy satisfecho porque he logrado plasmar lo que quería”, reconoce Aritz.

Así, la colección Amama cuenta con tres tipos de cestas, a las que ha llamado Amama 01, Amama 02 y Amama 03 respectivamente, cestas que simbolizan la figura de la madre, la tía y la abuela. “Tenía claro que quería hacer algo en homenaje a las rederas. Ese concepto era imprescindible porque creo que los diseños también deben contar historias”, reflexiona. La primera idea que tuvo fue la creación de una silla, pero decidió parar el proyecto y darle una vuelta de tuerca. Para ello contactó con rederas de Orio y Bermeo, las entrevistó para conocer su situación de primera mano y, en base a esas charlas, dar una mayor profundidad a su diseño. “No necesitan sillas porque se las proporciona el Gobierno vasco. Su verdadero problema es que están muy mal pagadas y que son muy mayores. No hay relevo generacional, estamos ante una profesión en peligro de extinción”, apunta Aritz.

Escuchó historias de precariedad laboral, de desigualdad y de cómo la sociedad actual da la espalda a la artesanía. “Esas mujeres merecen muchísimos homenajes, pero lo que necesitan es una situación laboral digna. Si a ellas se les hace precursoras de la creación, por ejemplo, de estas cestas y se les forma para trabajar con estos materiales, se les podría dar una salida”, indica Aritz. Así, con los testimonios de las rederas, surgió la idea de crear estas cestas y, además, hacerlas con biomateriales. “Creo que hacerlo con biomateriales era la única forma de reflejar el alma de estas mujeres, de mantener viva su esencia porque estos materiales están vivos. Me gusta materializar cosas de la naturaleza, creo que debemos estar en simbiosis con ella y no quitar más de lo que aportamos. Debemos ser sostenibles y respetuosos con la naturaleza”, apunta.

Trabajo artesano

Para crear estas cestas no solo ha aplicado técnicas de elaboración de objetos con biomateriales, sino que también ha utilizado técnicas de artesanía. El proceso de fabricación de estas cestas fue arduo y complicado porque hubo que hallar los materiales que diesen una solidez óptima al objeto. “Estuve cerca de un mes testeando materiales porque uno de los mayores problemas era lograr solidez para los usos que tienen estas cestas”, reconoce el creador. Finalmente, ha logrado hacer una cesta con biohilos, otra que combina una estructura de ratán con biomateriales y, la última de ellas está hecha únicamente de biomateriales. Todas ellas están elaboradas con agar-agar –un gelificante procedente de las algas– y también le añadió espirulina, un colorante que también proviene de las algas. “No quería meter ningún elemento que no estuviese ligado con el mar”.

El proyecto lo concluyó hace cinco meses y recibió una buena acogida. “Los profesores sabían lo que quería hacer y han comprobado que fui muy fiel a mi idea de homenajear a las rederas. He hecho lo que quería y creo que todo ha salido bien”, señala Aritz, quien, además de las tres cestas ha elaborado una memoria del proyecto en forma de libro con los testimonios de las rederas. Así, estas mujeres trabajadoras tienen su más que merecido homenaje con estas cestas artesanas y respetuosas con el medio ambiente que ha creado Aritz Antolín, un diseñador de objetos con historia.

2022-11-14T10:56:02+01:00
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