La consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha querido mantener el temple y no contribuir a la polémica con el secretario general del PSE, Eneko Andueza, a cuenta del macrocentro de refugiados. Artolazabal ha mantenido la mano tendida al ministro Escrivá porque quiere llegar a acuerdos, y ha ofrecido su versión. Por un lado, frente a las acusaciones de xenofobia de Andueza, Artolazabal ha recordado que ella utilizó las mismas expresiones que Cáritas y Zehar Errefuxiatuekin, asociaciones que trabajan con los refugiados y que han cuestionado también los centros masificados y el riesgo de que acaben como un gueto en las afueras de la localidad. “¿Esas acusaciones se dirigen también a Zehar Errefuxiatuekin y a Cáritas?”, se preguntó. Además, aclaró que solo recibió un comentario informal del ministro en una reunión por videoconferencia el 4 de noviembre sobre la transferencia de las políticas migratorias, cuando adelantó muy por encima que el Estado necesitaba reforzar el número de plazas y podría hacerlo en un edificio propiedad de la Seguridad Social. No recibió más documentos ni detalles sobre las plazas o el proyecto, hasta que se ha enterado de la licitación de las obras en la clínica Arana por un medio de comunicación.
“No quiero polemizar sobre un tema tan delicado como es la acogida. Quiero llegar a acuerdos con el Ministerio, como siempre hemos tratado de hacer”, zanjó. Artolazabal comparte con el Estado que hace falta activar más plazas, pero no comparte el modelo masificado, y ha escrito a Escrivá para ver cómo pueden completar desde Euskadi la asistencia. Defiende formatos de pequeña o mediana escala como los recursos de Berriz, Oñati y Tolosa. Sobre la transferencia de las competencias de Extranjería y Asilo, dijo que se acordó poner en marcha dos mesas para abordar la parte de la transferencia y la parte de las políticas migratorias, que Euskadi propuso tres nombres para formar el grupo de trabajo y que no ha tenido respuesta.
También negó las acusaciones del delegado del Gobierno español, Denis Itxaso, quien sostiene que hace cuatro años el Gobierno vasco pidió disponer de esa clínica para migrantes en tránsito. Artolazabal aseguró que en 2018, ante la llegada masiva de personas en tránsito, fue la delegación del Gobierno quien ofreció el edificio de la clínica Arana, pero se descartó por su gran tamaño, su aluminosis, y “porque las personas querían pasar la muga y su objetivo era llegar a Irun”.