La factoría Red Bull ha conseguido durante los últimos años forjarse una identidad futbolística muy clara y moderna. Cuenta con clubes satélite en Brasil, Estados Unidos o Austria, pero su nave nodriza tiene sede en Alemania, en Leipzig, donde hace apenas una década inició un proyecto en auge cuyo primer equipo no puede resultar más característico. Presiona sin descanso, lo hace desde una estructura muy agresiva y además apuesta por la vía más directa posible en cuanto roba el esférico. Para ello, cuenta con delanteros potentes que ponen su velocidad al servicio de la idea colectiva, completando un cóctel explosivo con el que la Real Sociedad se vio entre manos en la Europa League de la pasada temporada.
Las propias características del RB Leipzig, unidas a la experiencia de un año antes contra el Manchester United, llevaron a Imanol Alguacil a cambiar por completo su aproximación a la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Europa League. El técnico optó por formar una línea de cinco en la defensa, replegar al equipo y entregar el balón al rival, borrando de un plumazo los espacios en los que el cuadro alemán podía hacer daño y propiciando un encuentro demasiado cerrado para los intereses germanos. La apuesta salió bien en el Red Bull Arena (2-2 en el partido de ida), así que Alguacil la repitió una semana después en Anoeta, esa vez sin suerte. El encuentro transcurría de forma muy similar a la del primer asalto, pero un despiste atrás provocó el penalti cometido por Matt Ryan sobre Nkunku. Con los visitantes en ventaja, la confrontación se abrió, y tan cierto es que la Real estuvo cerca de forzar la prórroga (rozó el empate con 1-2) como que el nuevo panorama, con espacios para dar y tomar, terminó propiciando la sentencia visitante.
Apenas 36 horas después del adiós europeo, en la víspera de recibir a Osasuna en partido de Liga, Imanol fue preguntado por su valoración, ya a toro pasado, del planteamiento ideado para la eliminatoria. “Teníamos enfrente al mejor equipo a nivel de transiciones, un Leipzig que dos semanas antes había hecho dos goles y había merecido ganar ante un rival top como el Bayern. Nosotros somos menos veloces que ellos, menos potentes, y en cuanto a calidad andamos parejos, quizás también por debajo en algunas demarcaciones. Nuestra forma de jugar fue la correcta, y con ella tuvimos la eliminatoria en nuestras manos. Repetiría la misma táctica si volviésemos a jugar mañana”.