Así es el impresionante ‘Guernica’ de chocolate hecho por Gozoa

Actualizado hace 3 minutos

Así nace Gozoa, la asociación de pasteleros y confiteros del sur de Euskal Herria, una asociación que lleva trabajando más de un lustro con el objetivo de transformar y revitalizar el sector de la gastronomía dulce, con un enfoque en colaboración, innovación, y relevo generacional, a base de todo su esfuerzo centrado en la importancia de la artesanía. Cada dulce que producen está hecho a mano, respetando métodos tradicionales que han sido transmitidos de generación en generación y aplicando las técnicas actuales. Su legado carameliza esa conexión y este enfoque no solo asegura una calidad incomparable, sino que también preserva la autenticidad y la esencia de los productos. En cada mazapán, pastel o bombón se encuentra esa huella.

Una amplia representación de postres y dulces de la asociación Gozoa. Cedida

Además, la creatividad desempeña un papel crucial. Cada maestro imprime su personalidad y estilo en sus ingenios, convirtiéndolas en obras únicas. Este carácter de autor permite que los dulces no solo sean deliciosos, sino que también cuenten una historia. Algunas, incluso tienen raíces centenarias, como la de la Pastelería Eceiza de Tolosa, que celebró este año sus cien años de historia, o la de Zurikaldai de Getxo, que desde 1917 ha mantenido viva la llama del recetario tradicional a través de seis generaciones, profundamente ligado a la vida de los pueblos y barrios de Euskal Herria.

Otro de los pilares fundamentales de esta asociación es el reflejo del compromiso con la excelencia que define Gozoa. Desde los roscones de reyes hasta los turrones o las carolinas, cada dulce tiene un significado especial en la vida de las personas. Son símbolos de festividad y celebración que conectan a las generaciones, haciendo que el pasado cobre vida en el presente, elaborando productos a diario, donde se asegura que cada cliente reciba dulces en su estado óptimo, con la textura, el sabor y el aroma que solo lo recién hecho puede ofrecer.

A lo largo de los años, estos maestros han endulzado los hogares no solo en épocas tan señaladas como la Navidad, sino también en numerosas festividades y celebraciones que marcan el calendario anual. Sus dulces se convierten en protagonistas de momentos compartidos, creando recuerdos imborrables.

Autenticidad y calidad

Estos obradores, más que un taller, son el alma de un oficio, un lugar donde nacen las creaciones y los ingredientes se transforman en productos únicos y donde los secretos de la pastelería se protegen y se transmiten, con un control total sobre el proceso, lo que les permite garantizar la calidad y la autenticidad de cada producto. 

Sin embargo, la innovación no se limita únicamente a técnicas o recetas. Dentro de la asociación también hay hueco para quienes tienen necesidades alimentarias específicas. Ejemplo de ello es Irrika Gluten Free de Arrasate, que se especializa en dulces para celíacos, garantizando que nadie se quede sin disfrutar de la repostería.

Ultimando los detalles del 'Guernica' de chocolate. M.B.

El 'Guernica' de Picasso

La asociación ha estado presente en distintos actos culturales que han realizado con la creación en 2021 de un Guernica de Picasso realizado a base de chocolate a tamaño natural. Además del impacto en el público, unió a un sector que lucha continuamente por el reconocimiento del chef pastelero para que se les escuche. Eso motivó y les impulsó a trabajar unidos y el 1 de junio de 2023, se cumplía el segundo reto: una txalupa ballenera del siglo XVI, que se botó en las aguas de Pasajes con casi 2000 kg. de chocolate.

Trabajando en equipo para elaborar la txalupa de chocolate. Cedida

Un oficio para el futuro

Gozoa, la asociación de pasteleros y confiteros del sur de Euskal Herria, además de ser un colectivo de artesanos, es un baluarte de la cultura y la tradición, un custodio del legado de un país. Su labor no solo endulza paladares, sino que también protege un patrimonio que es parte esencial de la identidad de Euskal Herria. En cada dulce que elaboran estos artistas, nos regala un fragmento de historia, una obra de excelencia y un recordatorio tangible de que el arte de la pastelería no es solo una profesión, sino un placer vivo que merece ser celebrado, valorado, disfrutado y preservado para el futuro.