En las últimas semanas, el expresidente argentino de 65 años Alberto Fernández se ha visto salpicado en otro escándalo después de que su exmujer y madre de su hijo de dos años, Fabiola Yáñez (43 años), le denunciase por delitos de lesiones graves y amenazas coactivas. La exprimera dama argentina, residente en España desde diciembre de 2023, solicitó a la Justicia querellarse contra el exmandatario a primeros de agosto por haberla golpeado y amenazado ante el mismo juez que investiga las presuntas irregularidades de Fernández en la contratación de seguros para la administración pública entre 2019 y 2023.
Las primeras reacciones
Mientras las llamadas al 144 se disparaban y el nuevo presidente del país, Javier Milei, se mostraba crítico con la hipocresía de su antecesor, este negaba todos los cargos que se le atribuían a través de un comunicado. “Enterado por los medios de comunicación de la denuncia de Fabiola Yañez en mi contra, quiero expresar que la verdad de los hechos es otra", aseguró. Fernández terminaba este mismo mensaje diciendo que "es falso y que jamás ocurrió" lo que ahora se le imputa.
Sin embargo, la acusaciones se agravaron cuando la ex primera dama aseguró que Fernández ejerció "violencia reproductiva", obligándola a someterse a un aborto en 2016. En su testimonio telefónico desde Madrid, Yañez explicó que el "hostigamiento y acoso psicológico constantes" al que se vio sometida, así como sus consecuencias en sus salud mental continuaban a día de hoy. Por ello, el juez federal Julián Ercolinile le prohibió a Fernández salir del país y le ordenó cortar todo contacto con su expareja.
Imágenes y mensajes filtrados
Como era de esperar, el revuelo generado por la denuncia desencadenó una serie de rumores y filtraciones difundidos tanto a través de las redes sociales como de la prensa argentina. Aunque Fernández había presentado una petición de urgencia para prohibir la difusión, estas se produjeron de igual forma y, por ello, el expresidente denunció a Yáñez por difundir "hechos falsos" y alimentar una "campaña de desprestigio" contra él.
Entre esas filtraciones se encontraban fotos y mensajes que el juez Ercolini ordenó revisar del celular de la secretaria privada de Fernández. Estos mostraban a Yañez con un ojo morado y con un hematoma en la parte interior del brazo derecho, además de conversaciones pidiéndole que dejase de agredirla más.
La defensa y los testigos claves
Ante las pruebas presentadas y filtradas, la defensa del expresidente se basa principalmente en los presuntos problemas psicológicos y el alcoholismo de Fabiola Yáñez. Para probarlo, Fernández presentó al juez cuadernos escritos a mano por la ex primera dama en los que describe sus problemas y su experiencia en un centro de neurología.
Asimismo, la declaración de una ex empleada de la residencia presidencial de Olivos apunta a que varias contusiones se las habría provocado la propia Yáñez tras ingerir una cantidad excesiva de alcohol. "Le salían los golpes tras las caídas que sufría por la ingesta de alcohol", ha testificado la ex empleada que también se refirió al acusado como un hombre "muy atento".
Según ella, la exmujer de Fernández bebía habitualmente y le causó involuntariamente una pequeña herida en la cabeza al hijo de la pareja, Francisco, después de que "se le cayera" tras consumir bebidas alcohólicas.