Si hace justamente tres semanas avalanchas de clientes vaciaban estanterías de los supermercados de Vitoria, esta mañana el ambiente era totalmente diferente.
La calma ha vuelto entre los vitorianos, que han dejado de lado las compras compulsivas y masivas de hace unos días. Y ya no hace falta madrugar como hace unas semanas para poder comprar, por ejemplo, aceite de girasol y leche.
El pasado 14 de marzo entre las nueve y las nueve y media de la mañana, cuando los supermercados de Vitoria abrían las puertas, sus trabajadores no daban crédito a lo que veían: una auténtica avalancha de clientes que entraban desde primera hora para llenar carros de la compra.
Las estanterías se vaciaban rápidamente, sobre todo en los pasillos del aceite, la leche y la pasta. "Me recuerda al confinamiento", decía una cajera de un supermercado de la calle Simón de Anda a las nueve y media.
Sin embargo, esta mañana todo había vuelto a la normalidad. Eso sí, con subida de precios en algunos productos, como el caso del aceite de girasol, que continúa a 3,50 euros el litro de media. Los pasillos tenían una actividad normal de clientes, sin avalanchas. Y las estanterías estaban completas, no faltaban productos.
El caos hace tres semanas
Hace tres semanas ni dependientes ni reponedores en Vitoria entendían por qué tanta gente se había agolpado a primera hora de la mañana para llenar carros de la compra, sin una explicación aparante.
El miedo irracional a un posible desabastecimiento por la guerra en Ucrania y la huelga de transportes que comenzaba entonces eran dos de las razones que manejaban los establecimientos para poder explicar estas compras compulsivas que se estaban produciendo en Vitoria.
Cientos de clientes dejaban estanterías vacías en los supermercados de la capital alavesa, y no solo en el pasillo del aceite de girasol. La gente acudió en masa a comprar y a hacer acopio de todo lo que podía.
Sin embargo, esta semana la calma ha vuelto a los supermercados de Vitoria, sin compras masivas ni huecos en las estanterías.