La Real Sociedad disputa este jueves su tercer partido de la Europa League 2024-25, visitando en Belgrado al Maccabi Tel Aviv. La escuadra israelí viene luciendo en la competición continental un fútbol atrevido y atractivo que, sin embargo, no se ha traducido en puntos. Tanto en la primera jornada en Braga (2-1) como en la segunda ante el Midtjylland danés (0-2), los hebreos carecieron de acierto en ambas áreas y se vieron penalizados por los adversarios, mereciendo mejores resultados en ambos encuentros. De momento, en su casillero de puntos luce un cero que buscarán corregir ante el cuadro txur-urdin. ¿Cómo? Seguramente desarrollando la propuesta dinámica y moderna que enarbola su entrenador Zarko Lazetic.
El dibujo de base es un 4-3-3 en cuyo pivote figura Sissokho, centrocampista maliense a quien el Maccabi ha incorporado este verano libre, procedente del muy venido a menos Girondins de Burdeos. A sus costados, mientras, suelen actuar dos futbolistas de roles distintos: en la izquierda, Kanichowski ejerce de escudero, bajando muchas veces para formar con el africano una especie de doble mediocentro; en la derecha, mientras, el capitán Peretz espera más adelantado para intervenir en ataques avanzados, y no tanto en la base de las jugadas.
Distintos desarrollos
Desde el ya visto punto de partida, el técnico Lazetic puede apostar por planes distintos de partido, en función de las piezas disponibles y de las características del rival. En la derrota contra el Braga, por ejemplo, apostó por un delantero centro como Madmon en una posición de falso extremo zurdo, circunstancia que adquiría todo el sentido del mundo cuando los israelís hacían mutar su sistema del siguiente modo.
Una vez que los de Tel Aviv estabilizaban su posesión del esférico, se ubicaban definitivamente mediante un claro 3-5-2 en el que el lateral izquierdo Davidzada y el extremo diestro Davida permanecían en alturas idénticas. Pieza clave para este movimiento era el lateral derecho Asante, un joven futbolista neerlandés fichado este verano del ADO La Haya que es tan capaz de pedir el balón pegado a la línea de cal como de darle salida por el carril central.
Sucede, sin embargo, que el rival txuri-urdin cuenta también con futbolistas de otro perfil que pueden condicionar la interpretación del sistema 4-3-3. Así sucedió en la segunda jornada europea, en Belgrado contra el Midtjylland, cuando el técnico Lazetic apostó por Layous en la banda izquierda, un extremo puro, lo que condicionó gran parte de los movimientos colectivos alrededor de este.
Laterales clave
Actuando como lo hizo ante el Midtjylland, el Maccabi puso muchos huevos en la cesta de sus extremos, el citado Layous y Davida, dos de los futbolistas más importantes del plantel. El cuadro israelí posse calidad para combinar y tratar de hacer daño por dentro, sobre todo si engancha con su interior de tercera altura Peretz, pero tampoco tiene ningún problema en buscar de forma más o menos directa a sus alas, aclarando además las vías de pase a través de la ubicación de sus laterales.
Si en el partido de Braga el lateral que no formaba parte de la salida de tres se estiraba hasta la posición de extremo, contra el Midtjylland debía ubicarse prácticamente como pivote. Hablamos de una variabilidad que da fe del importante rol de los propios laterales en la propuesta del Macccabi, adaptándose siempre a las distintas ideas de su entrenador. En el duelo con los daneses en Belgrado, el movimiento ya visto se dio en ambos costados, el izquierdo y el derecho.
Precisamente esta presencia de Peretz (imagen previa) en el sector derecho marca mucho la orientación del juego del Maccabi, cuyos ataques cuentan con distintas naturalezas en función del sector elegido para avanzar. El izquierdo, con el mencionado Layous, acostumbra a resultar más directo, y da pie al propio Layous a tratar de desbordar y ganar línea de fondo mediante una acción individual, gracias a su habilidad y a su velocidad en espacios reducidos. La banda diestra, mientras, propicia asociaciones más largas y permutas entre los futbolistas de muy buen pie que la pisan, el lateral Asante, el extremo (a pierna cambiada) Davida y el capitán Peretz, faro que alumbra muchas de las ofensivas israelís.
Riesgos atrás
Pasar de analizar los ataques del Maccabi a hablar sobre su forma de defender nos obliga a detenernos, a modo de transición, en un modo de iniciar las ofensivas que puede significar una deblidad atrás. El cuadro israelí acostumbra a correr ciertos riesgos a la hora de sacar el balón jugado, factor que le costó el 0-1 contra el Midtjylland, en un error del portero Mishpati. La presión de la Real puede resultar importante este jueves, siempre y cuando el rival no se matice y apueste por evitar, ante la calidad txuri-urdin, cualquier tipo de peligro en zonas comprometidas.
Atrevidos en defensa
Cuando no tiene el balón, el Maccabi suele ordenarse mediante un sistema 4-4-2 o 4-2-3-1, en función de cómo se repartan los espacios Peretz y el delantero centro. El propio Peretz siempre es, en cualquier caso, el encargado de saltar arriba, dejar a sus dos compañeros de la medular formando un doble pivote y ubicarse en una primera línea de presión, independientemente de si su equipo está apretando en posiciones adelantadas o esperando en fase de repliegue.
En lo que se refiere a la altura de su bloque, el Maccabi es un equipo con gusto por lanzarse a apretar en posiciones adelantadas, cosa que puede llegar a hacer mediante el ya visto 4-4-2. El técnico Lazetic, sin embargo, lo ordena en mayor medida en 4-2-3-1, para no descubrir a los suyos por dentro. Cuando opta por esta segunda fórmula, muy aplicable este jueves ante la Real, el preparador serbio deja a Peretz con el pivote rival y centra la ubicación inicial de los dos extremos, capacitados así para tapar vías interiores de pase y también para saltar a por alguno de los centrales del adversario, corrigiendo detrás el lateral de su banda.
Este carácter osado en la presión no resulta óbice para que los israelís se muestren, en fases de mayor agobio, como una escuadra disciplinada en defensa. El propio Braga les hundió en su campo una vez que el Maccabi se adelantó en Portugal (0-1), y los de Tel Aviv respondieron mostrando mucho compromiso: los ofensivos extremos Davida y Madmon ayudaban tanto atrás que llegaban a formar una línea de seis con los cuatro defensas. Sí dio la sensación en tierras lusas, en cualquier caso, que este es un registro del juego en el que el rival txuri-urdin no se encuentra del todo cómodo, por muy trabajadores que se muestren sus futbolistas.