Así puedes cocinar una pizza de supermercado en la freidora de aire y quizá no lo sabías

Hace unos pocos años que las freidoras de aire llegaron a nuestras vidas y a nuestras cocinas, pero les ha bastado para instalarse con fuerza y convencernos de que no ha sido un gasto inútil. Aunque para muchos se una manera perfecta de preparar frituras, en especial las siempre deliciosas patatas fritas, cada vez más cocineros se animan a realizar otro tipo de preparaciones, como pasteles o tortillas o asar verduras.

Al igual que los microondas, también tiene la ventaja de la rapidez para esos momentos vagos en los que se quiere algo rápido y caliente pero sin gastar mucha energía, ni tuya ni eléctrica. Además, en algunas ocasiones le saca una notable ventaja al microondas. Es el caso de que nos entre el capricho de cenar una pizza de supermercado, de las congeladas o de las refrigeradas.

Una cocinera prepara un a freidora de aire. Freepik

Hay que tener en cuenta, que aunque tenga el nombre de freidora, y tenga un recipiente que recuerda mucho a las cazuelas de las freidoras de aceite de toda la vida, no es otra cosa que un pequeño horno de aire que, es su gran virtud, deja las superficies de muchos alimentos muy crujientes sin necesidad de sumergirlos en el aceite de una fritura tradicional.

A por la pizza

Lo dicho, estamos de vuelta a casa después de un largo día con suficiente hambre para preferir algo más sustancioso que una ensalada o una tortilla para cenar, pero a la vez no tenemos ganas de complicarnos la vida cocinado y las sobras que hay en el frigorífico no son tan apetecibles. Al pasar por delante de un supermercado cedemos a la tentación y entramos a por una pizza de esas industriales.

Una vez con nuestra preferida bajo el brazo, llegamos a casa y no tenemos ganas de encender y precalentar el horno, queremos cenar cuanto antes y esto lleva su rato, además de un gasto de electricidad extra.

Tenemos también la opción de calentarla en el microondas, pero el resultado que ofrece no es del todo satisfactorio ya que tiende más a ser una pizza cocida, con la base un tanto blandurria y los ingredientes también con una textura más lacia. Otra posibilidad es sacar del horno una sartén del diámetro adecuado. Aunque el resultado es algo mejor, la base sí queda dura y algo más tostada, la parte de arriba, con los ingredientes principales de nuestra elección no terminan de cocinarse adecuadamente, incluso si ya viene precocinados.

Ante este panorama, ha llegado el momento de darle una oportunidad a la freidora de aire, a la airfryer.

Así se hace en la freidora de aire

El cocinado de la pizza es tan sencillo como ponerla dentro del cajón de este electrodoméstico. La freidora puede venir equipada con dos tipos de rejilla, una que se ajuste al fondo y simplemente sirva para separar el producto de fondo y permitir que el aire caliente llegue bien a todos los rincones, y otra más alta que permite poner el alimento más cerca del grill, si es que lo tiene. Ambas serán útiles, especialmente si la pizza es más grande que el recipiente.

En el momento de cocinar la pizza, es conveniente poner papel sulfururizado en el fondo para que la grasa o los jugos que se desprendan sean más fáciles de limpiar. Después, si el aparato no cuenta con un botón preprogramado para pizza, hay que programar el aparato a 180º y el temporizador a 6 minutos si la pizza en refrigerada y 12 si es congelada. Si necesita precalentado, se aprovecha esos minutos para terminar de sazonar la pizza a nuestro gusto con especias y hierbas aromáticas dándole un toque especial. Después solo es ponerla en la freidora y dejar hacer. Eso sí vigilándola para que no se pase o se quede corta.

Pero ¿qué pasa si no cabe en la cesta? Ante este problema basta con cortarla en cuatro porciones y utilizar la rejilla alta. De esta manera, se ponen dos trozos en la rejilla del fondo y los otros dos en la rejilla alta. De esta manera se pueden hacer todos los trozos a la vez. cual no has utilizado el horno y que es exactamente igual de deliciosa. Y una vez que haga ping la freidora, al plato y a disfrutarla cómodamente.