La vivienda en propiedad es la forma preferida por la mayoría de los ciudadanos a la hora de apostar por un lugar de residencia habitual. Tanto es así que ocho de cada diez españoles tienen al menos una vivienda en propiedad.
Es el mayor desembolso económico que realizamos a lo largo de nuestra vida y supone un esfuerzo de financiación titánico dados los altos precios que soporta el mercado inmobiliario, tanto en las viviendas a estrenar como en las de segunda mano, que tardamos varios años en completar.
Al final, esta gran inversión acaba siendo un patrimonio importante y un activo financiero al que podrías sacar mucho provecho en función de tus circunstancias personales.
Tener una vivienda en propiedad te proporcionará independencia financiera y podría servir para generar recursos en cuando te hayas jubilado y complementar la pensión que tengas con un capital extra con el que disfrutar de la edad dorada.
Tu casa puede llegar a convertirse en una fuente de ingresos que complete tu jubilación, y en algunas de estas opciones ni siquiera tienes que abandonar tu domicilio para rentabilizarlo económicamente. Naturalmente influirán en la toma de decisiones la situación familiar, el nivel de renta, la existencia de cónyuge y/o hijos, la capacidad de gasto, o la salud de la persona que tiene que tomar la decisión. Estas son las mejores opciones que tienes.
Alquileres variados
Por su puesto una fórmula es alquilar la vivienda cuando no la uses, ya sea de forma permanente, para vacaciones, para intercambios, etc. También alquilar habitaciones de tu propia casa si es muy grande, si tienes espacio de sobra, etc. Otra opción es alquilar tu casa para eventos como rodajes, anuncios, etc. Y como última opción alquilar para irte a vivir de alquiler a un piso mas pequeño, a otra ubicación más conveniente, más cercano de otros familiares, etc. Con estas fórmulas conseguirás reducir costos de mantenimiento y unos ingresos extra interesantes.
Vivienda inversa
Te permite vender el piso y recibir un porcentaje de su valor a la vez que se te reconoce el derecho de usufructo vitalicio. Esta modalidad es una buena alternativa si buscad liquidez sin renunciar a tu hogar y te permitirá lograr entre el 50% y el 80% del valor de mercado del piso.
Hipoteca inversa
Es un préstamo que recibes con la garantía de tu vivienda, cuya propiedad seguirás ostentando mientras sigues viviendo en ella. En caso de fallecimiento los herederos legales tendrán la posibilidad de abonar el préstamo o vendar la vivienda.
Venta de nuda propiedad
Esta fórmula se basa en la posibilidad de escindir la propiedad de la vivienda en dos: el derecho a ser dueño de un bien, o nuda propiedad, y el derecho a su uso y disfrute, o usufructo. En este caso, puedes vender la nuda propiedad y retener el usufructo logrando, en función de la edad, hasta un 75% del valor de mercado de la vivienda.
Renta inmobiliaria vitalicia
En este caso el comprador de tu vivienda adquiere la propiedad en el momento del fallecimiento del propietario, que recibirá una renta mensual hasta ese momento. La cuantía de la renta varía en función de variables como la edad, valor de mercado de la vivienda, o acuerdo de pago anticipado único por importe de una fracción del valor de la vivienda.
Permuta de alquileres
Esta alternativa se basa en un intercambio de alquileres o el ingreso en una residencia. El comprador abona la diferencia que pudiera haber con el coste de la residencia o un nueva vivienda (por ejemplo en caso de necesidad de adaptación o eliminación de barreras. Cuando fallezca el propietario los herederos deben asumir y abonar la deuda acumulada.
Todas las opciones tienen elementos a favor y en contra, por lo que es aconsejable un asesoramiento con los profesionales de sector financiero o inmobiliario antes de tomar una decisión sobre la monetarización de tu vivienda.