Vladimir Putin nunca está solo. A cada paso que da, varios guardaespaldas y miembros de seguridad lo custodian para evitar que nada malo le pase. Tanto es así, que el antiguo oficial de la KGB —el servicio de seguridad soviético— no puede ni comer ni beber nada sin que haya sido revisado previamente por sus asesores más cercanos.
Tampoco viaja en helicóptero. "A Putin no le gustan los helicópteros; se suele trasladar con una caravana masiva, con motociclistas, muchos autos grandes negros, camiones, etc. Para este tramo, se bloquea cualquier dron que pueda haber en el espacio aéreo y se detiene el tráfico", según explica a BBC Mundo Mark Galeotti, experto en seguridad rusa y director de Mayak Intelligence, una consultora que se dedica a analizar los asuntos de seguridad de este país, que es quien también explica que, ante el temor de envenenamiento, Putin cuenta con un catador personal que revisa todo lo que el mandatario va a comer.
"Ya no viaja por el país y su aparición en eventos públicos es bastante inusual. Los guardias de seguridad son de las pocas personas con las que Putin tiene una relación personal", señala Mark Galeotti también a BBC, un experto en seguridad rusa.
Y es que su seguridad se está reforzando. Pero, ¿quién se encarga de posibles ataques? Dentro de los múltiples servicios de seguridad que operan actualmente en Rusia, hay uno que está dedicado a proteger al presidente y a su familia. Se trata del Servicio de Seguridad Presidencial de Rusia, un escuadrón que depende del Servicio Federal de Protección de Rusia (FSO), y que tiene su origen en la antigua KGB.
Estos se dividen en cuatro círculos cuando acompañan al presidente en actividades en el exterior. Según el medio Russia Beyond y como recoge BBC, el círculo más cercano está compuesto por sus guardaespaldas personales; el segundo círculo está integrado por guardias que pasan desapercibidos entre el público; el tercero, rodea el perímetro de la multitud, evitando que entren personas sospechosas; y el cuarto y último, son francotiradores situados en los tejados de los edificios circundantes.
No usa teléfonos inteligentes
Además, y como otra medida de prevención, está el bloqueo de los teléfonos inteligentes dentro del Kremlin, aparatos que él mismo no usa. En 2020, en una entrevista con la agencia estatal de noticias rusa TASS, lo admitió señalando además que, si se quería conectar con alguien, existía una línea oficial para hacerlo.