Tras una exitosa carrera como jugador de baloncesto y una consolidada trayectoria en los medios de comunicación, el carismático presentador Juanma López Iturriaga ha vuelto a ponerse al frente de La Caza: nada es lo que parece. Este reality de aventura de ETB2 consiste en una competición física y extrema que tiene lugar en algunos de los escenarios más salvajes de Euskal Herria. El comunicador nos desvela todos los secretos de su vida profesional, sus anécdotas más curiosas como jugador de baloncesto y sus futuras aspiraciones vitales.
¿Cómo recuerda su vida antes de ser conocido en el mundo del baloncesto y la televisión?
-(Risas). Es un viaje a un pasado bastante lejano. Antes de ser conocido por mi condición de jugador de baloncesto tenía quince años. Fue cuando empecé a jugar en diversas selecciones. Mis recuerdos son de un chaval de Bilbao con unos amigos muy majos y estudiando en el colegio de los jesuitas. Sin grandes sueños. Cuando me puse a jugar a baloncesto en el cole no pensaba que iba a acabar donde acabé.
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Si no hubiera sido deportista, ¿a qué le habría gustado dedicarse?
- Pues no lo sé. Con doce años iba diciendo que quería ser ingeniero, supongo que influido por mi padre, que lo era. Me quedé a cuatro asignaturas de tener la carrera. Supongo que si no hubiese jugado al baloncesto habría terminado la carrera y estaría ejerciendo como ingeniero.
¿Cómo le describirían sus amigos y su familia si solo pudieran utilizar tres adjetivos?
-Buena persona, divertido e irónico.
Echando la vista atrás, ¿cuál ha sido su mayor metedura de pata en la vida?
-(Risas). Creo que grandes meteduras de pata no he tenido. Una pequeña metedura de pata puede ser que a mí siempre me gustó no estar limitado a una actividad. Fui jugador de baloncesto, estudié una carrera, empecé a escribir y a presentar programas... Siempre he ido un poco de picaflor. En mi carrera deportiva puede que tuviera alguna influencia para no desarrollar al cien por ciento mi talento. Es algo que, si volviese a recorrer ese camino, igual cambiaría.
O sea, que si retrocediera en su carrera, no la dejaría tal cual...
-Me gustaría retroceder en mi vida para volverla a vivir otra vez porque me lo he pasado muy bien, y me lo estoy pasando muy bien. No para corregir especialmente, si acaso alguna cosa, pero no con ese espíritu de que si volviese a nacer cambiaría las cosas. Me ha ido muy bien.
Después de tanto tiempo en los medios, ¿le sigue sorprendiendo algo del mundo de la fama?
-(Risas). Ya no me sorprende nada. Estamos hablando de casi cincuenta años siendo una persona conocida. He pasado por todas las posibilidades. De ser tan famoso cuando volvimos de ganar la medalla Olímpica y me fui a Italia de vacaciones porque no podía dar un paso hasta, no el fracaso, pero sí hay algunos proyectos que no han funcionado. He tenido un poquito de todo.
Aparte de su experiencia en el baloncesto, también ha trabajado de comentarista. Si tuviera que hacer un draft (acto de asignar determinados jugadores a equipos deportivo) para su equipo ideal de comentaristas deportivos, ¿a quién elegiría?
-(Risas). Elegiría a Ramón Besa porque me parece que es un tío con la mente muy clara. A Jorge Valdano, que me parece que es una persona que siempre merece la pena escuchar. Santi Segurola... Hay unos cuantos, aunque desgraciadamente ahora se lleva mucho el periodista con bufanda que a mí me parece un poco excesivo. Se pierde la objetividad y se mira todo desde las gafas de un equipo; y eso, para analizar las situaciones, me parece que condiciona mucho. Creo que nos hemos pasado un poco con eso. Nos deberían gustar menos los escudos y más el deporte.
“ Nos deberían gustar menos los escudos y más el deporte ”
Sin embargo, hoy en día es tan conocido por su faceta televisiva como por la deportiva y ha vuelto al frente del reality de aventura La Caza: nada es lo que parece. ¿Qué es lo que más disfruta de estar en la pantalla?
-Me gusta hacer programas y a lo largo de toda mi carrera he conseguido pasármelo bien en casi todo lo que he hecho. En el caso de La Caza, yo presenté Supervivientes hace casi 25 años y pensé que nunca más iba a presentar un reality. De repente ha surgido esta oportunidad y me he lanzado porque recuerdo que en la anterior ocasión me lo pasé muy bien. Tras grabarlo confirmo que ha sido una experiencia fantástica, no solo profesional, sino también humana.
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Asimismo y, habiendo desarrollado tantas facetas profesionales, ¿qué diría que es más difícil, un partido de baloncesto decisivo o un directo en televisión?
-Hombre..., un partido. En el deporte tú te enfrentas a alguien, tú quieres hacer una cosa y hay gente que pone todo lo que tiene para que no lo consigas. Eso no pasa en la televisión, todos reman en la misma dirección, lo que lo hace bastante más llevadero y previsible, porque el baloncesto es todo lo contrario. Puedes controlar lo que haces tú, pero no puedes controlar lo que hace tu rival. No tiene ni comparación.
Se le conoce por tener un carácter muy risueño y se dice que el sentido del humor es fundamental en la vida. ¿Ha habido algún momento en que este le haya salvado de una situación incómoda?
-A mí el sentido del humor me salva día a día porque procuro no perderlo. Hay pocas situaciones donde no puedas echar mano de él para que te ayude en los momentos difíciles. Llega un momento en el que también tiene una parte de hábito. Yo siento que cualquier situación me sugiere un chiste (risas). Entonces, en algún momento crea algún problema porque la situación no es de chiste y a ti solo se te ocurren cosas graciosas que decir, pero en líneas generales, me parece que se está usando cada vez menos. A partir del sentido del humor aparecen la ironía, el doble sentido... Unas cuantas cosas que son muy disfrutables.
Por último, ¿está embarcado en algún proyecto próximo del que pueda darnos alguna pista o es confidencial?
-No, no es confidencial, es que no tengo (risas). Mi objetivo principal es volver a reunirme con mi equipo de la televisión para grabar una tercera temporada de La Caza. En el camino, pues no sé, igual sale alguna cosa, pero ahora mismo mi cabeza está ocupada mentalmente en que la gente disfrute y que siga apostando por nosotros en un futuro.
¿Cuál fue su partido favorito?
El partido que más recuerda el público porque se convirtió en un hito según Juanma López Iturriaga fue el de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, donde fueron subcampeones olímpicos “cuando en España no ganábamos ni a las canicas”. Pero él prefiere el partido que ganaron en Barcelona, donde se hicieron con La Liga ante “sus grandes rivales” y en el que jugó un gran partido. Otro de ellos sería cuando jugó con la selección y ganaron a Rusia, aunque no tuvo especial relevancia, pese a que en ese momento la URSS era una gran potencia. Por eso, considera que aunque el partido de Los Ángeles fue popularmente el más conocido, él particularmente elegiría dos o tres más antes que ese.