Esperanza en el futuro. Es lo que transmiten los niños y niñas que viven en la zona de Chernóbil en estos momentos y que son, desde el comienzo de la invasión, doblemente víctimas. Por un lado, de la radiactividad que afecta a esta área desde el accidente de la central nuclear, y ahora también de la situación bélica que atraviesa el país desde la invasión rusa.
272 menores, algunos de ellos acompañados por familiares, han logrado venir a Euskadi como refugiados hasta que termine la guerra gracias a la labor de la Asociación Chernóbil Elkartea con el apoyo de Galdakao Boluntarioen Gizarte Elkartea. Otros, porque sus circunstancias personales no lo han posibilitado, permanecen en las pequeñas aldeas cercanas al área de exclusión de Chernóbil. Son menores con arraigo en Euskadi, que han pasado largas temporadas entre familias vascas, y que ahora tienen que soportar condiciones incluso más duras que las que les hacían abandonar su país durante algunos periodos vacacionales.
Hoy, cuando se cumple un año de guerra y tras haber sufrido la ocupación rusa durante los primeros compases de la guerra, estos menores han querido plasmar en estos dibujos cómo ven ellos su país en la actualidad, pero sobre todo la esperanza de un futuro mejor para ellos y sus familias en Ucrania.