Muchas veces se les ha dado poca importancia a los sentimientos de los animales. Aunque no puedan hablar tal y como lo hacemos nosotros, estas criaturas tienen los mismos derechos a tener una vida libre y en paz compartiendo el mismo espacio que los seres humanos. A su vez, ojalá todos pensáramos de la misma manera y el maltrato hacia la preciosa fauna de nuestro planeta se culminara de una vez por todas.
El daño que le hacemos a la tierra directa o indirectamente es algo que está en nuestras manos poder solucionar de la manera más eficaz y rápida posible. De igual modo que estamos causando estos estragos al medioambiente, también hay personas que dan su vida y hacen la esencial labor de velar por la naturaleza. De manera profesional o no, todos podemos aportar nuestro granito de arena.
La suerte esta vez cayó sobre un pequeño loro arcoíris (Trichoglossus Haematodus). Este animal fue encontrado en pésimas condiciones por una joven cerca de su casa. La chica decidió rescatar al animal para que se pudiera recuperar lo antes posible. El ave tenía el cuerpo totalmente inmovilizado por lo que se le hacía imposible alzar las alas para echar a volar. La joven amante de los animales estuvo días suministrándole comida, dándole calor y medicamentos para que el loro pudiera coger fuerzas y se recuperara lo suficiente para volver a la libertad.
Gracias a la perseverancia de la chica y la fuerza del animalillo, el loro salió adelante rápido. Lo que no se esperaba la chica fue el enorme y animado agradecimiento que la sorprendió.
Unos días después de estar totalmente recuperado y poder volar con total normalidad, el loro le trajo a un amigo de la misma especie para que viera a la chica que le había estado dando calor y cariño durante esos días. Así estuvieron un par de jornadas hasta que una mañana la chica salió a su jardín trasero y pudo ver una colorida bandada de loros arcoíris revoloteando. La emoción del pájaro por traer a sus amigos era visible y la chica no dudó en alimentar a la hermosa familia de aves.