Asturias ha puesto fin a la oleada de incendios forestales, la peor desde 2017 tras haber arrasado unas 11.000 hectáreas en toda la comunidad, que ahora comienza a evaluar unos daños que han tenido especial incidencia en la zona occidental.
El Principado ha rebajado el nivel de alerta ante la mejoría de la situación, a la que ha contribuido las lluvias y el cambio de dirección del viento, y las labores se están centrando en la revisión, seguimiento y refrigeración de los puntos calientes dentro de las zonas quemadas.
Los efectivos se encuentran, en estos momentos, en Almono, en Allande; en Cutiellos, en Belmonte de Miranda; en Foyedo, Lavadoira, Solanos, Villanueva de Rañadoiro y Navelgas, en Tineo; en Querúas La Herrería de Abajo y Merás, en Valdés; en Bustefollado, en Villayón.
La comunidad se encuentra ya en fase de emergencia en situación 0 del Plan de Incendios Forestales del Principado, después de once días en los que han llegado a evacuarse a cerca de 400 personas y se ha producido la quema de construcciones, como cabañas y hórreos, pero no residencias habituales, según el Servicio de Emergencias de Asturias.
Según las primeras estimaciones, se han quemado unas 11.000 hectáreas, sólo por detrás de las registradas en octubre de 2017 y diciembre de 2015, cuando quedaron arrasadas cerca de 13.000 y más de 16.000 hectáreas, respectivamente.
La región ha llegado a sufrir hasta 135 fuegos de manera simultánea y ha necesitado el apoyo de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y equipos de otras comunidades que formaron parte de un operativo que ha llegado a estar conformado por más de 800 personas.
El presidente de Asturias, Adrián Barbón, ha recalcado a lo largo de las últimas jornadas que los fuegos han sido provocados por unos "auténticos terroristas" que "han puesto en riesgo la vida de personas".
"Hay que ser conscientes de que pudo haber cientos de muertos a lo largo de estos días", ha advertido el jefe del Ejecutivo, quien ha dicho que, ante este episodio, quiere "ver a gente en la cárcel".
Los autores de incendios podrían enfrentarse a penas que van desde uno hasta los veinte años de prisión si ha habido riesgo para la integridad física de las personas, según ha recordado la Fiscalía Superior de Asturias, que ha abierto diligencias de investigación por la oleada de fuegos.
Tras el cese de los incendios, se han comenzado a valorar los daños causados para iniciar la reconstrucción de los territorios afectados, para lo que el Ejecutivo regional solicitará la declaración de Asturias como zona catastrófica y pondrá en marcha una serie de ayudas destinadas a paliar los daños.
El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, ha avanzado que se implementarán ayudas directas para compensar los daños a bienes particulares y ha garantizado que se reforestarán las zonas quemadas.