La próxima semana va a ser clave para el Deportivo Alavés en lo que respecta a su plantilla. En cuanto el reloj marque las 00.00 horas en Vitoria-Gasteiz y se dé comienzo al mes de julio, los babazorros deberán despedirse oficialmente de algunos futbolistas que le han dado mucho rendimiento –como, por ejemplo, su gran goleador Joselu Mato– y también de dos hombres muy emblemáticos, Víctor Laguardia y Martín Aguirregabiria, que si bien podrían negociar su renovación superada esa fecha, las opciones de que dicha continuidad fructificara serían cada vez menores, pues toda paciencia tiene un límite.
Sin embargo, el protagonismo en los últimos días no está siendo para los que pueden marcharse, sino para los que se tienen que quedar, tanto en positivo como en negativo. Pese a que el conjunto gasteiztarra cuenta entre sus filas con varios jugadores con contrato capaces de llamar la atención de Primera División, la realidad es que, salvo por uno de ellos, el movimiento está siendo mínimo. Algo, en principio, no demasiado ilógico teniendo en cuenta que al mercado aún le restan más de dos meses de actividad, pero que, habitualmente, los clubes buscan esclarecer rápido para así buscar alternativas.
En este sentido, el único albiazul por el que ha trascendido una oferta seria es Fernando Pacheco. El portero pacense está dispuesto a marcharse al Getafe, que busca un salto de calidad esta temporada, y esto será posible en el momento que ambas entidades lleguen a un entendimiento respecto a la suma del traspaso, la cual comenzó siendo demasiado baja, porque los azulones infravaloraron la posición de los babazorros debido a su descenso, y poco a poco ha ido in crescendo, aunque todavía sin acuerdo.
Asimismo, Luis Rioja y Rubén Duarte son los otros dos futbolistas con contrato que más papeletas reúnen para abandonar Mendizorroza en las próximas semanas. Ambos tienen cartel y están buscando acomodo en la máxima categoría, pero, a pesar de que sí han existido acercamientos de varios equipos preguntando por sus respectivas situaciones, ninguno de estos contactos ha derivado de momento en una propuesta firme. De nuevo, a causa de que el Alavés no tiene demasiada prisa, pues va a verse beneficiado tanto si el sevillano y el almeriense se quedan o logran partir hacia la élite.
Las fichas altas
Todos ellos, además, tienen otra cosa en común y es que, tras las salidas de jugadores económicamente muy potentes como Joselu, Pina o Guidetti, poseen las fichas más altas de la plantilla. Una característica que, por cierto, también comparte Florian Lejeune, a quien el cuadro vitoriano fichó hace un año y que, aunque su rendimiento ha sido muy insuficiente, está abocado a continuar en Vitoria-Gasteiz. Porque, al contrario que Pacheco, Rioja o Duarte, el central francés apenas ha generado interés, al menos hasta ahora, entre las escuadras que podrían asumir sus exigencias salariales.
La continuidad de alguno de los mencionados, tal y como confirmaron el presidente Alfonso Fernández de Trocóniz y el director deportivo Sergio Fernández hace varias semanas, supondría reducir el margen de maniobra del Glorioso en el mercado, el cual, de momento, ha tenido tres novedades (el técnico Luis García, Salva Sevilla y Xeber Alkain). Sin embargo, lo que no se sabe aún es hasta qué punto se reduciría dicha capacidad de adquisición, ya que la entidad gasteiztarra nunca ha dado a conocer las cláusulas determinantes de cada acuerdo por una cuestión de confidencialidad.
Normalmente, los descensos de Primera a Segunda División, como el que han sufrido el Alavés, el Levante y el Granada recientemente, suponen un recorte del 50 % del sueldo de los futbolistas. Esta es la práctica más popular en España y a la que se acogen los equipos que abandonan la élite para no poner en riesgo su solvencia económica y, además, tener cierta flexibilidad; sin embargo, no todos los casos llegan a este porcentaje y, por consiguiente, muchas veces los clubes deben hacerse cargo de una cuantía superior o, si lo ven necesario, renegociar el contrato vigente.