La primera estrofa del Himno del Athletic condensa la auténtica dimensión del club: “Athletic gorri ta zuria / Danon-tzat zara zu geuria / Erritik sortu ziñalako / Maite zaitu erriak”. Escrito en euskera vizcaino, define con absoluta nitidez el secreto que ha hecho posible la enérgica vigencia de la institución a lo largo de 125 años. Tan simple como rotundo: el pueblo te quiere porque naciste del pueblo. El cántico arranca con un grito, “Athletic”, que se repite en tres ocasiones y es rematado por un “Eup”, que da paso inmediato a las estrofas apuntadas y va engarzando una serie de conceptos muy asequibles, que promueven una identificación incondicional para culminar así: “Bilbo ta Bizkai guztiak gora! / Euskaldun zintzoak aurrera!”.
En la génesis de esta pequeña gran obra de arte que los seguidores hicieron suya con naturalidad en 1983 y desde entonces ambienta los prolegómenos de los partidos que acoge San Mamés o se escucha en la calle en cada acontecimiento protagonizado por el equipo, hay una historia que viene al caso refrescar precisamente ahora. A escasos días de cumplirse 40 años de la presentación en sociedad del Himno, ha fallecido la persona que con su portentosa voz remató la creación ideada y elaborada por Carmelo Bernaola y Antxon Zubikarai, responsables de ensamblar la música y la letra con el exitoso resultado del que todos somos privilegiados testigos.
Este sábado se cumple una semana de la muerte de Félix Ugarriza Aramendi, natural de Orozko, a quien en su juventud los amigos bautizaron como “Gorbeiako ahotsa” (La voz del Gorbea), apodo del que su familia quiso dejar constancia en la esquela. Ugarriza participó en el proyecto por su relación de amistad con José Mari Arrate, a la sazón directivo del Athletic a quien el presidente Pedro Aurtenetxe encargó la delicada tarea de resolver un vacío, dada la inexistencia de un himno que fuese representativo de la entidad y rompiese con estereotipos caducos del tipo de “cantemos pues los bilbainitos” y similares.
Arrate contactó con un reputado músico profesional que a sus capacidades sumaba un exacerbado forofismo rojiblanco. Carmelo Bernaola aceptó gustoso el reto y no tardó en escoger el tema que serviría de base del himno, un pasacalles creado por Feliciano Beobide con el título “Altza Gaztiak”. La familia Beobide dio todas las facilidades para la nueva utilización de la pegadiza tonadilla y Bernaola realizó los arreglos correspondientes para que cuadrasen al milímetro con el mensaje donde Zubikarai acertó a expresar el sentir popular de lo que es el Athletic.
La iniciativa nació en Ibaigane en los albores de la temporada 82-83. El 15 de marzo de 1983 tuvo lugar la grabación del himno en Madrid, en los Estudios Exa, donde Bernaola acostumbraba a llevar sus producciones. Allí se desplazó en autobús el coro de la ABAO y un encantado Ugarriza, a quien Bernaola, sin perder un segundo, pidió que diese el tono. Lanzó su triple “Athletic” y en el tercero, el más prolongado, cuando se hallaba en el punto álgido, el tenor sintió que la voz se le quebraba. No fue algo muy perceptible para un profano, pero Ugarriza, consciente del “fallito”, sugirió la conveniencia de repetir. Le incomodó el detalle, consecuencia de que sencillamente el director no le había permitido calentar sus cuerdas vocales.
Pero, para sorpresa de los presentes, Bernaola calificó de “maravillosa” la interpretación de Ugarriza. Se negó a repetir con el siguiente argumento: “Este es el grito del pueblo, no el de un profesional”. A juicio del maestro de Otxandio, el himno debía ser fiel exponente de la espontaneidad con la que canta la gente, por lo que, pese a la discrepancia del solista, esa primera prueba fue la que se grabó y es la que suena en la megafonía de La Catedral.
Luego, se acometió una nueva grabación, esta vez en Bilbao y con la participación de la Coral de la villa, pero el 30 de marzo de 1983, los asistentes a San Mamés oyeron y acompañaron (el club repartió una hojita con la letra) el Himno del Athletic espoleados por el imponente grito de Ugarriza, incluido ese irrepetible “Athletic” que tanto entusiasmó a Bernaola y el autor, con su buen talante, acabó por asumir.
Al formidable éxito del himno contribuyó, sin duda, el hecho de que esa campaña el Athletic se proclamó campeón de liga. El anterior título databa de 1956. Los hinchas, en su euforia, se encargaron de promocionarlo como merecía hasta su total implantación.
El azar ha querido que este domingo el Athletic reciba al Barcelona, el equipo que pasó por Bilbao el día del estreno del himno en San Mamés. Cuando los jugadores salgan al verde, Ugarriza sonreirá al lado de Bernaola y Zubikarai.