aPRENDER lo que es la convivencia; despojarse de miedos, angustias y profundizar en aspectos vitales para los seres humanos recorriendo los mares del mundo. Ese viaje es posible a bordo del Atyla, un barco escuela que en invierno atraca en el Museo Marítimo de Bilbao y a partir de Semana Santa recorre el mundo: "Atyla es un proyecto de desarrollo personal", sintetiza el capitán del barco, Rodrigo de la Serna.
La Fundación Barco Atyla viene proponiendo viajes de aventura en los que no solo se adquieren conocimientos de navegación, sino que también se trabaja en habilidades como la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, el liderazgo, el trabajo en equipo y la comunicación intercultural. "En esta goleta de madera no solo se ofrece a los participantes la posibilidad de navegar, usar los cabos o formarse como un patrón. Atyla es mucho más", describe Rodrigo. Según explica el capitán, quienes se embarcan en esta aventura aprende a desarrollar aspectos como la responsabilidad y se les enseña a conocer el significado de la resiliencia, del trabajo en equipo, el liderazgo, empatía, la conciencia crítica... "A bordo todos estos elementos son fundamentales en la convivencia".