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Álvaro Jiménez (Cádiz CF): "Tenía 21 años y al no ver cumplidas las expectativas, la caída fue grande"

futbolista del cádiz
Álvaro Jiménez, durante un entrenamiento. Foto: Cádiz C.F.

Álvaro Jiménez (Córdoba, 1995) quiere aprovechar la oportunidad que le ha brindado el Cádiz y demostrar el potencial que atesora. El cordobés abre su corazón a NOTICIAS DE GIPUZKOA y reconoce que el fútbol no es un camino de rosas

donostia Igual le llega la oportunidad desde el inicio ante la Real ...

–No tengo ni idea. Hay que esperar y trabajar. Cuando uno viene de nuevo, tiene que empezar desde cero, intentar ayudar lo máximo posible entrando desde el banquillo, o como sea.

¿Ya se ha olvidado en Cádiz el varapalo que supuso perder de esa manera ante Osasuna?

–Perder nunca gusta y menos si te remontan. Claro que nos enfadamos, pero es un partido perdido y ya hay que empezar a pensar en el siguiente que es la Real. No podemos pensar en el pasado. Esto es fútbol. Estamos en la mejor Liga del mundo y cuando te despistas un momento, pasa lo que nos pasó a nosotros.

Hablando de la Real, ¿qué opinión le merece el equipo blanquiazul?

–Tiene un equipazo. Se merecen lo que han conseguido, pero nosotros tenemos que pensar en nosotros, hacer nuestro partido, ofrecer la mejor versión de nosotros mismos y sacar los tres puntos. Para nosotros la clave de toda la temporada es nuestro estadio. Tenemos que hacer de nuestra casa un fortín, y demostrar que lo del otro día fue un traspié.

¿Cree que la Real puede repetir o mejorar lo conseguido la temporada pasada?

–El fútbol da muchas vueltas. Si al principio de la pasada campaña le preguntas a los aficionados de la Real si su equipo iba a ganar la Copa, yo creo que muchos hubieran dicho que no. El fútbol es como se da, hay que aprovechar las oportunidades. Es mi caso. Si trabajas, todo llega.

¿Qué partido espera?

–Un partido disputado porque la Real es un gran equipo. Nosotros tenemos que hacer nuestro partido y conseguir los tres puntos como sea, sea feo, sea bonito, como sea, lo importante es conseguir los tres puntos.

Esta es su segunda temporada en Primera División tras la protagonizada en Getafe. ¿Cómo la afronta?

–Para mí es un sitio especial porque llevaba mucho tiempo intentando volver a Primera División, intentando encontrar la mejor versión de mí. El año pasado lo pude lograr gracias al Albacete. El Cádiz me ha dado esta segunda oportunidad y es una oportunidad que no voy a volver a perder.

Para la gente que no le conoce, ¿qué tipo de jugador es Álvaro Jiménez?

–Me dicen que soy un jugador antiguo, de banda, de los que se van y centran. Eso suelen decir, pero vamos, lo que sí te puedo asegurar es que tengo mucho corazón, y muchas ganas de demostrar lo que no pude. Ahora tengo muchísimas más ganas que antes, muchísima más madurez, y eso te da un plus. Voy a por todas. Las segundas oportunidades pocas veces salen. Con suerte y con trabajo me ha llegado. Voy a aprovecharla al máximo, voy a intentar dar lo mejor de mí en los entrenamientos para que el míster confíe en mí y poder jugar el máximo en este equipo, y ayudar a conseguir el objetivo, que es lo primordial.

En Getafe coincidió con Bergara...

–Un tío top. Como persona, top, y como jugador también. Tuvo muy mala suerte con las lesiones, pero, en mi opinión, un medio centro increíble.

¿Hasta dónde quiere llegar?

–Quiero llegar lo más alto posible. Si es en Cádiz, mejor, y ayudar a mis compañeros fuera y dentro. Y devolver, por así decirlo, la responsabilidad que me ha caído por esa confianza que han depositado en mí. Vengo del Albacete, un equipo que acaba de descender. Pero la categoría no define el jugador que eres. Me siento en el deber de devolver toda la confianza que se me está dando.

¿Le sorprendió la llamada del Cádiz después de descender con el Albacete?

–Nunca sabes. Trabajas para el equipo, para ti. Pero dada la situación del equipo, y lo que pasó, el descenso, te baja el caché. No me esperaba que el Cádiz llamara a las puertas, pero por mí genial, aquí he venido y voy a darlo todo.

¿Cómo es este Cádiz?

–Como el Cádiz de todos los años. Es un equipo muy luchador. Ese es su lema y no se negocia. Para ganarnos, tienes que hacerlo muy bien, y nosotros equivocarnos, como pasó ante Osasuna. Una mala decisión y estás perdido. Creo que va a ser un año bonito, ilusionante y ojalá acabe como el año pasado, consiguiendo la permanencia con cierta holgura.

¿Cómo es el otro Álvaro del Cádiz, el del banquillo?

–Es un entrenador que nos motiva mucho, que nos dice las pautas que hay que seguir durante el partido. Cuando algo no va bien, salta al campo e intenta organizar, ayudar al equipo. Ojalá pudiéramos salir todos e intentar ayudar.

Y con afición en la grada...

–Se echaba de menos. Cuando les vi el otro día en el campo pensé que eran extraños, después de tanto tiempo. Se agradece un montón. Echaba de menos que se cagaran en todo lo que se meneaba en mí. Se me había olvidado hasta que me insultasen.

¿Se meten mucho con usted?

–Yo también he sido aficionado. Soy de Córdoba y he ido al Arcángel un millón de veces. Te gustaría ser futbolista, pero nunca sabes si lo vas a ser. También lo he hecho con futbolistas. Lo vives desde dentro ahora y dices: ¿Pero qué haces? Son situaciones puntuales, que no las tomas en cuenta. Estás centrado en el partido y escuchas cosas de pasada. Hay que quedarse con lo bueno y lo malo intentar transformarlo en algo motivador.

Hablando en serio. ¿En el fútbol profesional se pasa mal?

–Yo lo he pasado muy mal. Es un proceso que pasas, el verte tan joven en Primera División. Tenía 21 años y no ver cumplidas las expectativas que tenías, me produjo una caída muy grande. Luchas contra esa caída, pero psicológicamente es difícil. Esperabas una cosa que no era, tomas decisiones equivocadas. No me arrepiento de lo que me ha pasado, porque es lo que me ha convertido en la persona y en el futbolista que soy hoy en día. Yo estoy muy agradecido de todas las piedras que me ha puesto la vida en el camino.

¿Cómo se hace para no bajar los brazos?

–Yo nunca lo hice, ni el año pasado, cuando ya estábamos desahuciados. Yo no me lo quería creer. Yo seguía. Cuando tanta gente confía en ti, cuando te dan la oportunidad de ser futbolista profesional, tienes que demostrarte a ti mismo y a los demás que estás luchando por esa camiseta, que es lo más importante es ese momento. Yo el año pasado lo di todo y este año estoy en el Cádiz y lo voy a dar todo en cada entrenamiento, en cada partido y el año que viene, que espero estar aquí, lo mismo.

Habla como un veterano...

–He estado con futbolistas muy veteranos que me han dado muchos consejos. Empiezas a mentalizarte de lo que no es el fútbol, de lo de fuera, de la salud, de hacer trabajos preventivos que, lógicamente, yo se lo recomiendo a todos los futbolistas tener un coach. Porque no solo es un psicólogo. Tuve la suerte de encontrarme con Iker Martínez, un chico de Bilbao, y me ayudó muchísimo. Sin él, no estaría aquí, seguramente. No porque tuviera problemas, sino porque para mí fue muy duro el golpe que significó no haber conseguido mis metas en su momento. Yo no quería aceptarlo. Pero cuando aceptas lo que has hecho mal, intentas arreglar lo que crees que has hecho mal, por lo menos mejoras, todos los días un poquito. Mi lema es: Si todos los días entrenas bien, todos los días colocas un ladrillo de la manera más perfecta que puedas, al final del año vas a tener un muro perfecto, que al final es de lo que se trata, no intentar construir en un día un muro, que es lo que me pasaba a mí.

¿Todo eso le pasó cuando salió del Real Madrid o más adelante?

–Desde siempre. En Madrid hay una competencia brutal. Eso es una locura. Siempre hay niños mejores. Si no sale uno, a la semana siguiente traen otro. Yo pienso que es una de las mejores canteras del mundo. Hay un porcentaje altísimo de jugadores que pasan por allí y que llegan a Primera División. Siguen saliendo jugadores. Allí se pasa mal. Eres un niño, estás lejos de tu familia, pero bueno vas por una ilusión, por una pasión. He tenido mucha suerte.

Por lo que dice, ¿cree que hay falta de ayuda a los jóvenes porque hay un momento en el que están demasiado solos?

–Creo que no es falta de ayuda. La ayuda viene si uno quiere. Yo pude tener esa misma ayuda de un psicólogo con 21 años, pero pensaba que no lo necesitaba. Pero es que cuando estás bien también la sigues necesitando para saber dónde estás, para saber dónde tienes que ir, qué te ha llevado hasta ahí, qué no te ha llevado hasta ahí... Yo lo he vivido. Yo sé por qué estoy aquí ahora. Es un proceso de crecimiento personal. De ver qué quieres ser de verdad. Si tú te vas a la cama y tienes la sensación de que has dado el 100% no te puedes reprochar nada, pero yo, hace años, aunque lo hubiera dado todo, seguía martirizándome. Me tiraba noches sin dormir, te afectaba a lo personal, es como si no existiese nadie, porque estás obcecado porque has fallado una jugada y eso no puede ser. Hay que empezar de cero, borrar, ver en lo que has fallado y seguir. No hay otra.

11/09/2021