En 1940 el denominado Edificio de la Vasco-Navarra era uno de los más elegantes y lustrosos de todo el Segundo Ensanche. Originariamente, la sede de la casa de seguros Vasco-Navarra había ocupado un edificio del Primer Ensanche, concretamente en la calle de las Navas de Tolosa, pero para 1926 el viejo caserón se había quedado pequeño, por lo que se trasladaron a este lugar. El edificio había sido diseñado por Víctor Eusa, uno de los más prometedores arquitectos pamploneses, y fue levantado en el brevísimo plazo de un año.
Como puede verse, el inmueble contaba en origen con planta baja más cuatro alturas, con un estilo que unía influencias orientales, por ejemplo en el diseño de las ventanas, con algunos resabios centroeuropeos. Iba rematado por una escultura de Atenea, diosa griega que era protectora, entre otras muchas cosas, de la inteligencia, la sabiduría, las ciencias y los negocios.
Hoy en día el edificio de la Vasco-Navarra sigue aún en su lugar, aunque poco a poco va perdiendo su antiguo nombre, en beneficio del de cierta famosa franquicia de modas, que adquirió el inmueble hace unos pocos años. La principal transformación del edificio se produjo en 1943, cuando el propio arquitecto Víctor Eusa le añadió una planta más, y suprimió la estatua de Atenea, sustituyéndola por una torrecilla rematada con un chapitel de pizarra. En dicha torre se instalaría el célebre “reloj de la Vasco”, que durante años fue la referencia usada por muchísimos pamploneses para ajustar la hora de sus relojes de pulsera.
En cuanto a Víctor Eusa, terminaría por estropear su trayectoria personal y su currículo de brillante arquitecto, con la participación directa en el golpe de estado de 1936. Fue miembro de la Junta de Guerra Carlista, responsable de la represión franquista en Navarra. Una pena.