Axier Arteaga (Lasarte-Oria, 1996) debutó con Baiko en 2016 y casi siete años después se quedó sin sitio en la empresa. Ganó dos veces el Manomanista de Promoción (2017 y 2020) y el Parejas de la misma categoría (2017). Su pupilo Iñaki Artola busca este domingo su primera txapela del Campeonato de Parejas de Primera Jon Mariezkurrena ante Ezkurdia-Rezusta en el frontón Navarra Arena de Iruñea (17.00 horas).
Se quedó fuera de la empresa y dio un giro a su vida...
—Había estudiado IVEF y tenía el grado para ser profesor de Educación Física. Lo normal habría sido seguir por ese camino, pero una voz interna me decía que cambiara de tercio. Me empecé a formar como coach, que era lo que había trabajado desde 2017 con gente como Joseba del Carmen o Imanol Ibarrondo. Ahora soy coach de personas y luego de deportistas. Estoy encantado. Estoy a tope de trabajo, porque la gente necesita este tipo de ayuda.
Ganó txapelas y tuvo oportunidades, pero luego también sufrió instantes de dudas y de estar en el pozo.
—La mente te lleva a disfrutar o a sufrir. Fíjese, de los años que hice como profesional, podría decir que solo disfruté dos. Los otros cinco fueron más de sufrimiento, de querer y no poder. Tu mente pone objetivos y expectativas. En ese proceso, si vas creciendo, progresando y, además, hay títulos, te sientes bien, feliz; pero si te estancas, comienzas a sufrir. A partir de ahí, baja la confianza y aparecen los miedos.

¿Al echar la vista atrás piensa en qué habría sido de usted si hubiera tenido las herramientas que tiene ahora y que trata de enseñar a deportistas como Artola?
—Voy a ser muy sincero. A los seis meses de salir de la empresa, me di cuenta de todos los errores que había cometido y de lo mal que enfoqué todos mis pensamientos. Cuando estás ahí, crees que pones todo de tu parte, pero no eres realmente consciente. Cuando me di cuenta de toda la autoexigencia que me ponía y de los miedos, me propuse utilizar todo eso para transmitirlo.
Prosiga.
—Es entonces cuando resignifiqué mi pasado. Ahora mismo, y tal vez suene arrogante, no cambiaría la vida que tengo ni por todas las txapelas que tenía en mente, porque me siento una persona más llena.
Inicio como preparador físico
Comienza con Artola como preparador físico después de que él se quedara sin oportunidades en Primera.
—Empezamos en febrero de 2023. Iñaki estaba haciendo suplencias en el Parejas de Segunda. Le comenté que tenía que cambiar algo y, muchas veces, nos centramos en el físico. Por mi experiencia personal, me veía reflejado en él. Comentamos los miedos que tenía sobre el fin del contrato y vi que teníamos que trabajar más la mente. Le fui introduciendo el coaching poco a poco, sin que se diera cuenta. Se trata de conversar, pero cambiando la forma de pensar y actuar. Justo entonces empezó a jugar mejor y enlazó un buen verano con un gran Cuatro y Medio y un buen Parejas. Entonces, formalizamos las sesiones.
¿Le pasaron factura las expectativas que arrastró desde el debut?
—El deportista es responsable de todo lo que le sucede. Fíjese, Artola debutó a la par que Altuna, llegó a una final del Manomanista y no la pudo jugar y la gente dice que la pelota le debe algo, pero eso lo puedes utilizar como presión o de forma positiva.