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Aymane Jelbat, central del Barakaldo: “Los jugadores de Marruecos son como hermanos, juegan para todo el país”

Aymane Jelbat, virtuoso central marroquí del Barakaldo, disfruta de su selección y tiene relación con En-Nesyry y Ounahi. Recorrió sin dinero media Europa hasta llegar a Euskadi
Aymane Jelbat, hoy en día jugador del Barakaldo, posa en la imagen (quinto arriba a la izquierda) junto a Azzedine Ounahi (a su derecha), este último presente con la selección de Marruecos en el Mundial de Catar y con el que le une un
Aymane Jelbat, hoy en día jugador del Barakaldo, posa en la imagen (quinto arriba a la izquierda) junto a Azzedine Ounahi (a su derecha), este último presente con la selección de Marruecos en el Mundial de Catar y con el que le une un

“He hablado con Youssef (En-Nesery) y Azzedine (Ounahi) y me han dicho que están muy contentos. Saben que han hecho historia con la selección”. Aymane Jelbat (Casablanca, 27 de mayo de 2000) mantiene contacto con estos dos futbolistas referencias de la Marruecos que está maravillando en el Mundial de Catar desde que coincidieran en la Academia Mohamed VI, construida en una zona dormitorio de Rabat como fábrica para formar talentos a chavales entre 13 y 17 años de edad. Jelbat era uno de los más jóvenes y hoy en día es un virtuoso central que ejerce en el Barakaldo, líder destacado del grupo IV de Tercera RFEF cedido por el Deportivo Alavés. Son ya siete los años que lleva radicado en Euskadi, concretamente en Gasteiz, y se considera “casi un vasco más”. Primero es marroquí y, como tal, disfruta del éxito de los Leones del Atlas, la primera selección africana en alcanzar las semifinales de un mundial y que mañana se jugará ante Francia el billete a la finalísima. “¿Y por qué no se va a ganar a Francia?”, se pregunta Jelbat, que ultima la recuperación de una lesión muscular para reaparecer este fin de semana con su equipo, donde es uno de los fijos. “Lo que están haciendo es increíble. Han superado a Bélgica, España y Portugal, es una selección contundente y han demostrado formar un grupo aleccionado para hacer historia. Son como hermanos, son guerreros, que juegan para todo el país, que es lo que más me gusta, y ha servido para que el futbolista marroquí se revalorice cuando ha estado infravalorado”, declara el de Casablanca, que ha celebrado los éxitos de su selección en el centro de Gasteiz, ciudad en la que reside en un piso desde hace siete años junto a Abdrahim, “que es como si fuera mi hermano”.

Ounahi, en Catar.

Ounahi, en Catar. EFE

Jelbat encarna la historia de un joven marroquí criado en una familia humilde de Casablanca, una megaurbe de cinco millones de habitantes, que quiere triunfar como futbolista en Europa, para lo cual ha tenido que asumir riesgos extremos y mucho sacrificio. Su vida cambió en el verano de 2015, con solo 15 años de edad, cuando participó en las filas del Raja Casablanca en un torneo en Suecia, la Gothic Cup, que conquistó. En Göteborg, sede de la misma, decidió escaparse de la concentración de su equipo junto a siete compañeros más y no volver a su país. “Se lo había comentado a mi padre, que confió en mí. Mi madre no lo podía saber porque no me iba a dejar, ya se sabe cómo son las madres. Lo supo cuando llegué a España, a Almería”, relata el central del Barakaldo, que recuerda todo aquel largo periplo “por media Europa”. “En Göteborg cogimos un tren a Estocolmo y de allí otro a Mälmo. Sin pagar porque no teníamos dinero. Conseguimos pasar la frontera a Dinamarca, a Copenhague, e ir después a Hamburgo, en Alemania, donde permanecimos dos semanas porque no se podía salir sin pasaporte. Dormíamos en estaciones de tren y en la mezquita. Un día aprovechamos que no había control para coger un tren hacia Países Bajos”, donde a un compañero le llegó dinero por parte de su familia desde Marruecos y con el que pudieron viajar a Bruselas, primero, y a París, después, de donde “partimos en autobús a Almería”. “Fueron miles de kilómetros, mucha fatiga, penurias…”, rememora Jelbat, que en tierras andaluzas trabajó varias semanas en los invernaderos y llegó a jugar con el equipo La Comarca, de Níjar.

Jelbat, con el Barakaldo.

Jelbat, con el Barakaldo. DEIA

En Almería recibió la llamada de su padre para que se desplazara a Gasteiz, donde le esperaba un amigo de la familia. Comenzó, entonces, su vida futbolística pese a vivir durante un tiempo en un centro de menas (menores no acompañados). Militó en juveniles en el Deportivo Vitoria, después en el Amurrio y en el San Ignacio, hasta que el pasado julio le fichó el Barakaldo, convencido de su proyecto por Imanol de la Sota, el entrenador, y Joseba Núñez, el director deportivo. Entonces ya tenía los papeles en regla gracias a la figura del abogado vizcaino Koldo Bolivar, que también es su representante, “una gran persona clave y muy importante en mi vida”. Aymane confía en el ascenso del Barakaldo y se define como un futbolista “rápido, con buena salida del balón, técnico, que domina el juego aéreo y que gana los duelos al rival”.

Pasado su duro itinerario por Europa en su adolescencia, dice que en Euskadi no ha sido víctima del racismo, “pero en Alemania, sí”, y le molesta el mantra de que el marroquí “viene aquí solo por las ayudas, la RGI, cuando lo que quiere es tener oportunidades para trabajar”. Jelbat, al que le ha sondeado el Villarreal, ya vive de lo que gana en el fútbol, su pasión, que le permite “mandar a la familia unos cientos de euros al mes” y su sueño sería jugar en el Athletic, si es que se le considera formado en Euskadi. Él cree que sí. l

Jules Koundé

“Margen de mejora en la zaga”

Francia. Jules Koundé se adapta al puesto que le ha asignado Didier Deschamps, el de lateral derecho, una demarcación que no es la suya y en la que considera que, como en toda la zaga francesa, “hay margen de progresión”. “Es un puesto al que me estoy acostumbrando, hay un enorme margen de progresión. Pero cada día me encuentro mejor”, afirmó el jugador del Barcelona, que señaló que su prestación ante Inglaterra en cuartos fue más lograda. “Defendimos mejor, cerramos las líneas de pase, eso hizo mi trabajo más sencillo. Hemos analizado el vídeo para ver qué mejorar. Sabíamos que su lado izquierdo era el más peligroso, creo que hicimos un gran partido colectivo”, comentó. Francia ha encajado cinco goles en los cinco partidos disputados en Catar, lo que demuestra que debe mejorar en defensa. “Siempre hay un margen de progresión, goles evitables, errores evitables”, sentenció el azulgrana.

2022-12-14T06:10:03+01:00
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