Este pasado miércoles, cuando apenas habían transcurrido 24 horas desde que la tierra temblase en Turquía y Siria, Roberto Rubio, director de operaciones de la asociación SAR Navarra (Salvamento, Ayuda y Rescate) cogía un tren hacia Barcelona, y después varios aviones que le llevaron a Estambul, Antala y Adana, en el país turco. Junto a él viajaba Óscar Camps, fundador de la ONG Open Arms, muy conocida por prestar ayuda a los refugiados sirios desde Grecia.
Ambos cruzaron la frontera a Siria este jueves, con el fin de analizar sobre el terreno los devastadores efectos de los terremotos y las necesidades de ayuda de la población siria. Los contrastes entre ambos países son más que evidentes, a los ojos de ambos rescatistas. “En Turquía había un montón de respuesta, de equipos internacionales, se notaba sobre todo en el trasiego de la autovía, había atascos, mucho camión con maquinaria de obra civil pesada, ambulancias... Es la respuesta lógica a la catástrofe”, explica Roberto Rubio a través de una llamada telefónica este mismo viernes. “En Turquía hay un gran despliegue. En Siria no hay nada”, añade.
Vinculación con Siria
Roberto y Óscar mantienen vinculación con Siria porque ya han prestado ayuda a su población en el pasado. “Cuando la guerra de Siria empezó, nuestro equipo estuvo haciendo envíos de logística sanitaria a una entidad que se llama Plataforma de Apoyo al Pueblo Sirio, que está en Madrid. La lleva un cirujano sirio que trabaja en Madrid”, señala Rubio, quien agrega que al existir “un reclamo de ayuda humanitaria y ayuda técnica, decidimos venir a ver qué destrozo hay en el país, porque en el servidor de Naciones Unidas no aparece apenas información, ni siquiera cuántos equipos de ayuda hay trabajando”.
En este objetivo común, Roberto y Óscar se dieron la mano. “Ambas entidades, SAR Navarra y Open Arms, pensamos que trabajar juntos es una ayuda muy buena, porque hay que identificar cuál es la situación y ver cómo se puede ayudar” y destaca que “al entrar en Siria nos encontramos que no hay equipos internacionales, no hay maquinaria...”.
En ese sentido, sentido explica que transcurridos ya cuatro días, “poca gente podrá salir debajo de los escombros con vida, porque hace mucho frío y si no les han matado los traumatismos, habrán fallecido por hipotermia”. “Hay muchas ubicaciones totalmente destruidas. Hemos visto una zona doce edificios de cinco plantas totalmente derrumbados. No habrá sobrevivido nadie”, lamenta. “Aquí en Siria se desescombra a mano. En Turquía hay 80.000 personas trabajando entre rescatistas y equipos de desescombro. En Siria no llega a 500 personas”.
Avión con ayuda sanitaria
El plan de trabajo de Roberto y Óscar es “identificar entre hoy y mañana las necesidades de ayuda para poder tomar la decisión de fletar un avión con un equipo con un turno de siete días enfocados a la ayuda sanitaria. Hemos estado en un hospital que está recibiendo afectados por el terremoto y tienen mucha gente y pocas camas. Las habitaciones son tres de camas. La zona pediátrica está hipersaturada. Están desbordados”, subraya.
Además, pretenden elaborar un informe y "lo subiremos al portal de Naciones Unidas. Entendemos que Siria no es una zona segura para los equipos de ayuda internacional, pero todos son heridos y damnificados. Necesitan ayuda y hay que intentar ayudarles”, finaliza Rubio.