Se sabe tan poco de los hermanos Coen que un todoterreno de la talla de Ian Nathan tuvo que escribir un libro para poder indagar un poco más en el personal e intransferible mundo de Joel y Ethan. El guionista, productor y editor inglés admite en 'Los hermanos Coen' (Libros Cúpula) que los tuvo enfrente hasta cuatro veces, pero que poco o nada había sacado en claro de esos encuentros. Le ocurría exactamente lo mismo al periodista y escritor John Carlin con el futbolista Leo Messi: sus charlas con el astro argentino eran siempre decepcionantes y terminaban lastradas por los tópicos futboleros. No había forma de sacarle un titular o alguna ocurrencia brillante que explicase sus virguerías en la cancha.
La genial pareja de cineastas pertenece a esa clase de personas que son parcas en palabras y no se detienen en dar grandes explicaciones. Todo empieza y termina en sus películas. La obra habla por ellos. Y partir de ahí, que cada cual extraiga las conclusiones que crea más oportunas. El baúl fílmico que atesoran los hermanos Coen es extraordinario. Debutaron en la gran pantalla con el largometraje 'A Sangre Fría' en 1984. Los resultados en taquilla fueron discretos, pero la ópera prima llamó la atención de la crítica y logró alzarse con el Gran Premio del Jurado en el festival de Sundance, el escaparate más importante del cine independiente y de autor.
Joel Coen: “La hicimos por completo al margen de Hollywood. Fuimos incluso más allá, al obviar las productoras más asentadas de la industria... Queríamos hacer la película, y la manera en que la hicimos era la única en la que la podríamos haber hecho. La principal consideración al empezar fue que queríamos que nos dejasen en paz, sin nadie que nos dijera lo que teníamos que hacer”. Esta postura tan radical y autosuficiente no siempre ha sido tan explícita en su carrera; sin embargo, revela el inimitable aroma de su cine, que brota con un ímpetu especial de humor, negritud, violencia, ironía, surrealismo y el frustrante sueño americano como leitmotiv de sus solitarios personajes.
'A Sangre Fría' fue también la primera vez que echaron mano de Frances McDormand. Con tres premios Oscar a sus espaldas, la actriz contrajo matrimonio con Joel después de haberse conocido durante el rodaje. Desde entonces hasta hoy, se ha convertido en uno de los rostros más habituales de la filmografía de los hermanos Coen: 'Arizona Baby' (1987), 'Barton Fink' (1991), 'El Gran Salto' (1994), 'El Hombre que Nunca Estuvo Allí' (2001), 'Quemar Después de Leer' (2008), 'Hail Caesar!' (2016), 'La Tragedia de McBeth' (2021) y, varios peldaños por encima del resto, 'Fargo' (1996), un clásico absoluto del cine, llevan impresas la marca de esta mujer hecha a sí misma y consecuente en la elección de sus papeles. A McDormand, destacada militante feminista, tampoco le gustan los saraos de Hollywood y contar su vida a la prensa.
Ella conoce de sobra a sus descubridores y se permite alguna que otra licencia con ellos. "Son unos vagos", le confesó a la periodista Rocío Ayuso tras haberse llevado un Globo de Oro en 2018 por su fabuloso papel en 'Tres Anuncios a las Afueras'. Ian Nathan los describe en su libro como tipos normales y corrientes. "A la gente le encanta tildarlos de estrafalarios o simplemente de raros, pero suya es la misión de mantener su propia concepción de normalidad: se presentan ataviados con ropa expresamente informal, con tejanos y deportivas. Simplemente no hay egos, son un anatema para los pomposos estándares de Hollywood".
El director de cine Barry Sonnefield, que empezó su andadura en el cine como director de fotografía de los hermanos Coen, ahonda en el perfil bajo de los dos cineastas. "Eso es lo mejor de Joel y Ethan", afirma. “No quieren aparecer en el 'Today Show'. No quieren aparecer en 'People'. Les importa una mierda. Solo quieren pasarlo bien.” Y nosotros también nos divertimos con ellos o, para ser más exacto, con sus ficciones desarrolladas en muchos casos en la América profunda.
De la veintena de películas que jalonan su filmografía, pasamos a comentar cuatro de los títulos más notorios de la pareja de directores del estado norteño de Minnesota. La selección coincide con el libro de referencia de Ian Nathan, a la que añadimos en esta introducción, a modo de bises, dos títulos más: 'No Es País Para Viejos' (2007), el trabajo que catapultó a Javier Bardem al estrellato internacional; y la lección de cine policíaco de 'Muerte Entre las Flores' (1990), donde la banda sonora de Cartel Burwell colorea una película con corazón blanquinegro que aúna violencia y lirismo.
Sus mejores filmes
1. 'ARIZONA BABY' (1987)
A sus 58 años, Nicolas Cage ha alternado papeles brillantes con actuaciones mediocres en las que sobreactúa y gesticula exageradamente hasta ser caricaturizado. En 'Arizona Baby', el actor de 'Leaving Las Vegas' y sobrino de Francis Ford Coppola, protagoniza la comedia más gamberra y divertida de los hermanos Coen convertido en un ladrón de poca monta que, junto a su pareja, secuestra un niño para formar su propia familia.
En su segunda producción, los hermanos Coen ofrecieron un festín para los amantes de las narraciones disparatadas y los giros de guion descabellados. El mandamiento fue: cuanto más temerario y alocado, mucho mejor. Su amigo William Preston Robertson definió perfectamente el sentido del humor de la pareja: "Una mezcla imposible de excentricidad, intelectualidad rural, sentido cómico tanto a nivel físico como metafísico, una ironía extremadamente sutil, una extremadamente obvia ironía, juegos de palabras idiotas y repetitivos y una debilidad por los cortes de pelo absurdos".
2. 'BARTON FINK' (1991)
Estamos en 1941. Un guionista llamado Barton Fink aterriza en Hollywood para escribir una película sobre el luchador Wallace Berry. Se aloja en el Hotel Earle, pero durante la estancia sufre un agudo parálisis que bloquea su creatividad. El hombre, interpretado por John Turturro, no sabe qué hacer. Y empieza un drama de consecuencias insospechadas. El gigantesco hotel se convierte en una especie de infierno del que su protagonista no encuentra escapatoria y que muchos comparan con las revelaciones más oscuras de Franz Kafka. Su atormentada cabeza es el reflejo de un hotel putrefacto o sería, más bien, ¿al revés?
'Barton Fink' es una rara avis en el ya de por sí singular universo de los hermanos Coen. No se parece a ninguna otra película rodada por los dos hermanos, pero su sello es incuestionable. Tiene mala leche y abundante humor negro, así como una enigmática y extraña personalidad que gana con el tiempo. Joel y Ethan no se ponen de acuerdo en la etiqueta con la que definirían al film. Una cosa está clara: tras un primer visionado que puede resultar confuso, la historia no para de dar vueltas sobre nuestras cabezas. Una vez vista y digerida, no se olvida.
3. 'FARGO' (1996)
Su gran obra maestra. El título definitivo de los hermanos Coen y el primero en lograr una merecida estatuilla de los Oscar a Mejor Guion. En el toma y daca con el espectador reside su irónico encanto: los títulos de crédito nos hacen creer una cosa que luego resulta no ser cierta. La rocambolesca historia de 'Fargo' jamás existió en realidad, aunque los rótulos del principio juegan al despiste y nos preparan para una serie de sucesos macabros, extraños y extravagantes al estilo de Truman Capote. "Ésta es una historia real. Los acontecimientos descritos en esta película ocurrieron en Minnesota en 1987. A petición de los supervivientes, los nombres han sido cambiados. Por respeto a los muertos, el resto se ha relatado tal como ocurrió".
Un hombre casado con la hija de un millonario urde un plan para secuestrar a su mujer y que su suegro pague una fortuna por el rescate. La ocurrencia falla con estrépito y el ridículo, la tragedia, la comedia y el poder cegador del dinero se combinan formando un puzle que recompone con ingenio una perspicaz jefa de policía (Frances McDormand). En 'Fargo' hace frío y la nieve tiñe de blanco el paisaje. "La idea de un coche emergiendo de la nieve como un fantasma… Esa rareza y blancura eran importantes para nosotros", resumiría Joel Coen.
4. 'EL GRAN LEBOWSKI' (1998)
Sobrevalorada para algunos, convertida en icono pop gracias a sus entregados seguidores, es su largometraje más conocido y comercial. Una anécdota reciente ilustra la influencia de 'El Gran Lebowski' 25 años después de su estreno. Durante unas vacaciones en San Francisco, Joel y Ethan habían ido al cine a ver una película cuando, en el vestíbulo, vieron un pequeño stand con una joven adolescente sentada en una mesa junto a varios posters de 'El Gran Lebowski' colocados en la pared. La joven les explicó que la proyectaban todas las noches y que los espectadores acudían a los pases disfrazados de los carismáticos personajes de la película.
En esta película de ¿bolos? brilla con intensidad el trío protagonista: el inolvidable fumador de hierba y vago de campeonato interpretado por Jeff Bridges ('Dude' en su versión en inglés, aquí traducido como 'El Nota'), junto a un judío que la guerra de Vietnam le ha dejado tocado (John Goodman) y otro veterano de guerra y aficionado a los bolos encarnado por Steve Buscemi. Ellos tres y el magnetismo de la ciudad de Los Ángeles consiguen el prodigio de que continúe levantando pasiones. El éxito les ha pillado por sorpresa a los propios autores. "Es la película con un recorrido post estreno más extraño que hemos hecho", dijeron.