Araba

Bailes y carreras al son de los gigantes y cabezudos

"Día especial" para la Comparsa al verse acompañados por el calor de los txikis
Los gigantes en pleno baile en la plaza de la Virgen Blanca

"Día especial" para la Comparsa de Gigantes y Cabezudos que se ha visto acompañados del calor de los txikis que, en su gran día de fiestas, han disfrutado al lado de los colosos de casi 4 metros de altura y de las trastadas de los cabezudos. Hoy, 7 de agosto, se han portado mejor y, a pesar de dar algún que otro golpe, han compartido momentos de cercanía con los más pequeños que han aprovechado para sacarse fotos con ellos y curiosear bajo las faldas de los cuatro reyes de la baraja y las tres parejas de gigantes aldeanos.

Tras el descenso de Edurne y Celedón txiki, muchos han sido los que han acompañado a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos durante su recorrido hasta el parque de la Florida en uno de los días, junto con el 9 de agosto, en el que reciben más muestras de cariño por parte de los menudos.

105 años de historia

Suenan las dulzainas navarras, las gaitas y los tambores y con ellos los gigantes empiezan a bailar al son de la música. Unos colosos de "casi cuatro metros de altura" y de "entre 50 y 60 kilos de peso" que se mueven a paso seguro, pero con ritmo por las calles de Gasteiz. A su lado, los cabezudos, más ágiles y sigilosos, emprenden la carrera para golpear a todo aquel que se ponga por delante. A veces se esconden para sorprender tras sus titanes compañeros, otras veces “van a saco” atemorizando a la multitud.

La Comparsa de Gigantes y Cabezudos lleva 105 años de presencia en las fiestas de Vitoria, desde el 3 de agosto de 1917. Actualmente, 10 gigantes, 6 cabezudos, 4 sotas de la baraja y 4 caballos componen la comitiva que DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha acompañado en su recorrido, con motivo del Día de los txikis en las fiestas de Gasteiz.

El responsable de la Comitiva, Joseba Perea, explica que "hay que ensayar mucho" para conseguir domar el baile de los gigantes. "Un par de días a la semana desde Semana Santa", explica, antes de añadir que los más difícil es "gobernar el equilibrio de un gigante de 60 kilos". "Es difícil controlar los puntos de gravedad porque cuando empiezas a dar vueltas te lleva la inercia".

Ojo Biriqui

El más conocido, perseguido y temido de todos los cabezudos es Ojo Biriqui que responde bien a su fama ante los mayores y menores que encuentra a su paso. Eneko es quien se encarga de dar vida al personaje "más representativo" de todo el elenco de cabezones. Tiene 32 años y lleva la mitad de su vida, 16, encarnando a Ojo Biriqui, lo que le ha dado la oportunidad de "crear el personaje", a veces "un poco malvado y chinchorrón" con los niños y otras, como hoy, más "cercano y cariñoso".

Entró "de rebote" en la comparsa al fallar una cabezuda y tiene claro que el 7 de agosto es "un día duro, pero muy bonito" al "interactuar de otra manera" con los menores que vienen "a sacarse fotos con nosotros, nos conocen y se sorprenden al ver quienes somos cuando nos quitamos la cabeza". Una testa que pesa kilo y medio y que, en días de calor como hoy, les hace "sudar de lo lindo".

Gigantes txikis

Con motivo del Día de los Txikis, la Comparsa ha estado acompañada por tres gigantes de menor tamaño. Uno, un rey; otro, "de estilo libre" y un último "Regüeverín", hecho a imagen y semejanza del aldeano de Los Regüeveros". Los portan niños y niñas, a los que les entusiasman los gigantes. Martina de 11 años y su hermano Iñigo de 9, se turnan para llevar al rey que "la artista" de su abuela ha confeccionado para la ocasión. "Es cansado", nos dicen, pero lucen y muestran orgullosos su coloso.

Parece que la creación va de la mano de las amamas, ya que María Jesús junto con su familia, se ha encargado de crear al gigante de Iñigo. "Lo hacemos entre toda la familia, pero el chaval va creciendo y, a pesar de estirar el cuerpo del gigante, se nos ha quedado la cabeza un poco pequeña", expone demasiado perfeccionista. Para el año que viene ya están pensando en hacerlo más grande.

Por su parte, a Koldo le viene de tradición. Porta desde los 5 años, ahora tiene 9, la figura a menor escala del aldeano que se encarga de hacer bailar su padre, también Koldo. La historia de su familia está totalmente "ligada a los gigantes desde hace más de 70 años". El bisabuelo, abuelo, tío abuelo y aita de Koldo "txiki" han cargado con la imagen masculina de Los Regüeveros a lo largo de todos esos años. Por ello, a Koldo no le cuesta nada hacerlo bailar y, aunque "pesa un poco es superdivertido" y se lo pasa genial. De casta le viene al galgo o al gigante, según se dé el refrán.

08/08/2022