En 1922 Iruñea estaba de enhorabuena, pues aquel 7 de julio había estrenado plaza de toros. Se cerraba así un problema, no exento de polémica, que había durado años. Y es que la opinión pública había estado dividida entre quienes apoyaban la construcción de un nuevo coso, y quienes defendían la continuidad de la vieja plaza. La cuestión quedó zanjada el 12 de agosto de 1921, cuando la plaza antigua quedó "oportunamente" destruida por un incendio. Por cierto que fue muy comentado el intenso olor a petróleo que al día siguiente se notaba en el lugar. Y ni qué decir tiene que las circunstancias obligaron a construir el nuevo coso en menos de un año, y en un lugar desplazado de la anterior ubicación, para que las labores de desescombro no retrasaran la obra. La fotografía muestra la bajada de entrada al callejón durante el encierro. Un morlaco con muy malas pulgas se ha desentendido del resto de la manada y embiste el vallado con saña...
Navarra
Bajada al callejón de la plaza de Toros, 1922
Adiós Pamplona