Alavés

Balaídos, un viejo conocido

Temporada 2007-08
Samuel Bayón y Stevanovic, sobre el césped de Balaídos.

A falta de cuatro jornadas para que se cierre el telón de la temporada 2021-22, el Deportivo Alavés sigue apurando sus opciones de continuar en la máxima categoría. Algo que parecía imposible hace no mucho, cuando los albiazules daban la sensación de estar a años luz de sus rivales, pero en lo que la afición babazorra ha vuelto a creer tras el partido del pasado sábado ante el Villarreal, contra quien los gasteiztarras completaron uno de sus mejores actuaciones del curso y, de esta manera, sumaron un triunfo fundamental para reengancharse a la lucha por la salvación.

Sin embargo, dicha victoria tan solo fue un primer paso. Y es que el Glorioso aún se encuentra lejos de su objetivo, cuatro puntos más el gol average –perdido con el Mallorca y el Granada–, y afronta su encuentro frente al Celta (sábado, 18.30 horas) como otra auténtica final. Un duelo de supervivencia, aunque solo para uno de los dos contendientes, que se disputará en el estadio de Balaídos, donde, curiosamente, el conjunto vitoriano ya decidió una permanencia –fueron dos consecutivas, en realidad– hace más de una década.

Por aquel entonces, en la campaña 2007-08, el Alavés jugaba en Segunda División y, tras una remontada histórica –y completamente heroica (3-2)– contra la Real Sociedad en Mendizorroza, viajó al feudo celeste "dispuesto a completar su machada". O así, al menos, es cómo recuerda esos días Toni Moral, quien vistió la zamarra albiazul durante dos temporadas y media y, además, marcó dos goles fundamentales, uno a los txuri-urdines y otro a la escuadra viguesa, para la consecución de la salvación aquel año.

"Llegamos a esa semana muy agotados física y mentalmente, pero, por fortuna, la unión del vestuario, que se congregó para hacer grupo varias veces durante el curso, fue capaz de afrontar la situación. Todos conocíamos nuestros puntos fuertes y débiles y estábamos dispuestos a aportar nuestro granito de arena; creo que esa fue la clave. Aunque, eso sí, yo también tuve la ayuda de un coach personal, ya que, después del choque ante la Real, necesitaba trabajar más a fondo el aspecto psicológico", explica el exjugador catalán.

Sobre la contienda en sí, cuyo resultado fue de 2-3 por medio de los tantos del David Aganzo, Gabri Gómez y el propio Toni Moral, lo primero que se le viene a la cabeza a este último es el pitido final, porque supuso "una liberación absoluta". Además, de manera inesperada, pues él no quiso saber nada de lo que sucedía en otros campos, donde también se dilucidaba el destino de los babazorros. "Yo, en ese partido, solo tuve en mente hacer mi trabajo. Sabía que lo demás no dependía de mí y que nuestra única alternativa era ganar", argumenta.

No fue fácil, eso sí. Porque en el minuto 89 del encuentro, cuando todo parecía hecho con el 1-3 en el marcador, el Celta recortó distancias y les metió el miedo en el cuerpo. "El fútbol nos dijo que lo que habíamos hecho hasta ese momento no era suficiente y tuvimos que luchar un poquito más, pero, sin duda, mereció la pena. También te digo, menos mal que fue poco tiempo, porque acabé el choque muerto; no tuve casi aliento ni para celebrar la permanencia", admite.

Y no, no es una exageración esto último. El cansancio fue tal en todos los aspectos que el verdadero premio para la plantilla babazorra no fue la fiesta posterior, sino las vacaciones. "Supuso una gran alegría, pero la celebración, al menos fuera del estadio, fue muy light. Después de tanta intensidad y sufrimiento, solo queríamos descansar y estar tranquilos. Yo, además, me casaba muy pronto, así que, en el momento que terminó todo, quise centrarme en la familia y dejar de lado el fútbol varias semanas", manifiesta.

Ahora bien, si aquella historia tuvo final feliz fue gracias, según destaca el propio Toni Moral, a la afición que les acompañó hasta tierras gallegas. "Tengo muy claro que, sin su apoyo, no hubiera sido posible ganar en Vigo. Los seguidores del Alavés siempre se han caracterizado por estar tanto en las buenas como en las malas y me siento un privilegiado por haber podido disfrutar de ese apoyo, el cual, aunque haya pasado bastante tiempo, todavía recibo a través de las redes sociales", subraya.

¿Y por qué no?

Una vez retirado –tras abandonar Mendizorroza pasó por el Racing de Santander, el Cartagena y el Girona–, el exalbiazul prefirió no continuar ligado al mundo del fútbol y, en la actualidad, este ni siquiera es uno de sus principales intereses, pero, aun así, sí que suele estar pendiente de los resultados del Alavés y confía en que, al igual que lo lograron ellos en su día, termine consiguiendo su ansiado objetivo.

"No va a ser fácil, pero lo más importante es que se ha llegado a este punto de la temporada con opciones reales. Los finales son muy locos, especialmente cuando hay varios equipos implicados en la pelea, y considero que puede pasar cualquier cosa. No me sorprendería, incluso, que el Glorioso se salvara sin haber ganado los cuatro partidos (Celta, Espanyol, Levante y Cádiz) que le restan por jugar. Aunque, claro está, siempre es mejor asegurar y no depender tanto de los demás", concluye Toni Moral. l

"No va a ser fácil, pero ?lo importante es que el 'Glorioso' ha llegado a este punto de la campaña con opciones reales"

"Sin el apoyo de la afición hubiera sido imposible lograr aquella salvación en Balaídos"

Toni Moral

Exjugador del Alavés

06/05/2022