Dudas. Es la palabra que mejor define el momento por el que pasan ahora mismo muchos directores de centros escolares en Euskadi que con el nuevo protocolo en la mano no saben qué hacer con las aulas donde hay positivos. Recordemos que ya no hay cuarentenas ni cribados a todos los alumnos de una clase donde se detecte un positivo como antes de Navidad. Ahora todo eso se ha eliminado.
"No es controlable"
Desde el colegio Santa María de Portugalete, su director Alfonso Blázquez afirma que el nuevo protocolo "no es controlable" porque depende de la información que faciliten las familias. "Nos piden que monitoricemos algo que ahora mismo es no monitorizable", lamenta. "Antes yo sabía cuando tenía que informar para el cierre de un aula, ahora mismo no lo sé porque te dicen cuando haya cuatro. Si yo no sé si hay cuatro, si dependo de que las familias me informen, si el sistema ya no me informa", subraya. Porque confirma además ese nuevo cambio ya que ahora para hablar de brote en Euskadi según los centros, no son tres sino cuatro los casos a tener en cuenta.
En esta misma línea, el director de Ikastoleen Elkartea, José Luis Sukia, denuncia que lo peor es "la falta de información y de criterios claros". "El primer día de clase la gente me comentaba que entre un 5 y un 10% del alumnado no había venido a clase pero no sabían por qué. Si no se por qué no puedo tomar una decisión. La situación es un poco caótica desde ese punto de vista", afirma.
Pone como ejemplo un caso reciente de una ikastola con cinco positivos a la que Osakidetza le ha dicho que no cierre. Recordemos que un brote, según el último protocolo del Gobierno Vasco, no supone un cierre inmediato sino que es Osakidetza quién valora qué hacer.
Responsabilidad de las familias
Entre las familias más de lo mismo. Demasiadas variables que controlar, reconocen padres y madres. Por eso, Eduardo Martínez, aita de una niña escolarizada considera que es "imprescindible" que los padres y madres den la información necesaria a los centros. "Somos un eslabón muy importante a la hora de controlar aulas y cierres", asegura y lamenta que haya muchas veces que los padres toman "medidas unilaterales sin tener en cuenta cómo puede afectar a los centros".
Añade también que es necesario confiar en los centros. "Pongamos en perspectiva el marrón que le ha caído a los centros de ser un laboratorio social", remarca.
Coincidencia también en que no comprenden la decisión de suspender las competiciones del deporte escolar y lo mismo opinan sobre las burbujas en las aulas ya que hay actividades en que es imposible mantenerlas y cuando fuera de los centros, esas burbujas se mezclan constantemente.