Desde hace ya días se respiraba en Villava-Atarrabia la ilusión por el estreno en la máxima categoría y ayer el pueblo respondió. Las gradas estuvieron prácticamente llenas –se congregaron unos 950 espectadores–, aficionados que no dejaron de animar a las suyas y de llevarlas en volandas en los momentos más delicados. Entre el público, muchos niños y niñas de la cantera con sus camisetas verdes. Antes del choque, la capitana Olaia Luzuriaga ofreció a la afición el trofeo de campeonas de la Plata del curso pasado.
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