Baltasar Albéniz ‘Poti’ regresa a Atotxa y marca el gol albiazul (3-1) frente a su ex equipo

18/diciembre/1932

'E l cerebro', de esta manera tan gráfica y expresiva resaltaba Jacinto Quincoces 'Chari', la aportación futbolística de Baltasar Albéniz 'Poti' en aquel Deportivo Alavés de mediados de los años veinte y principios de los treinta del siglo pasado. Aquel 'Glorioso' que sorprendió a propios y extraños y fue la envidia de todo el entorno de nuestro futbol.

Albéniz fue copartícipe en todos los primeros grandes éxitos del equipo: Campeón de la Serie 'B'; Ascenso a la Serie 'A'; Subcampeón y Campeón de la Serie 'A'; Dos veces Semifinalista y una Cuartofinalista del Campeonato de España; Campeón de Segunda División y Ascenso a Primera, categoría en la que juega durante dos temporadas, y Campeón de la Copa Brigadas de Navarra. ¿Es o no es un palmarés de un grande albiazul?

Nacido en Eibar –su padre era de Sanzol pueblo cercano a Tafalla en la Ribera de Navarra– el día de Reyes de 1905 –de ahí su nombre de Baltasar–, su pasión por el fútbol viene marcada por su hermano mayor Alfonso, futbolista en el Eibar Club, equipo fundado a principios del siglo XX tras el Izarra eibarrés. El joven Albéniz, con dieciocho años, ya juega en el mítico conjunto de la Unión Eibarresa, al lado de los futuros internacionales absolutos Muguerza y Roberto Echevarría, este último el primer internacional albiazul.

El eibarrés, con el permiso de su club, es probado por el Deportivo Alavés el 13 de junio de 1926, frente al Pasayako Lagun-Ederrak, recientes campeones de España de la Serie 'B'. Los guipuzcoanos caen goleados en Mendizorroza por 6-0 y Albéniz, que solamente juega los segundos cuarenta y cinco minutos, pasa el 'examen' con matrícula de honor. ¡Dos goles llevan su marca! ¡Inmediatamente es fichado por el 'patrón de pesca'!

Interior de ambos lados, medio-ala por la derecha o la izquierda, en ocasiones delantero centro, en todos los puestos juega y en todos brilla. Con el paso del tiempo y de los años, algún compañero de aquella época llegó a manifestar: "Ha sido el jugador con mayores conocimientos futbolísticos que ha tenido el Deportivo Alavés". En los partidos de la pretemporada 1926-27 vuelve a refulgir su estrella. Marca goles al Baracaldo (2), Gimnástico de Valencia (2) y Real Madrid (3). Es el nexo que necesitaba el equipo.

A partir de esta campaña 1926-27 comenzarán cinco temporadas prodigiosas y consecutivas para el Deportivo Alavés. De la Serie 'B' de Vizcaya, el equipo pasará a la Primera División sin solución de continuidad. Muchos equipos llaman a la puerta de Albéniz, firmando finalmente -junto a Beristain- por el Donostia (Real Sociedad) para la temporada 1931-32. En Atotxa tiene sus diferencias con el entrenador, Mr. 'Harry' Lowe, regresando a Mendizorroza a final de curso, donde juega otra vez en Primera.

El domingo 18 de diciembre de 1932, campaña 1932-33, Albéniz regresa a la que fuera su casa. El público donostiarra le recibe con una gran ovación y el Deportivo Alavés pierde por 3-1. El eibarrés muestra toda la clase que lleva dentro y consigue el gol del honor albiazul. Era el minuto ochenta y cinco de partido y todos los presentes en Atotxa, puestos en pie, le vuelven a ovacionar largamente. ¡Albéniz saluda emocionado!

Iniciará, posteriormente, una carrera de entrenador que le llevará a dirigir, entre otros muchos conjuntos, al Deportivo Alavés, Osasuna, Athletic y Real Sociedad. ¡Único técnico que ha dirigido a los cuatro equipos de las capitales de Euskal Herria! También será entrenador-ayudante con la Selección de España. ¡Gracias por todo 'Poti'!

los datos

Albiazul

Perteneció a la disciplina del Deportivo Alavés durante diez temporadas. Seis como futbolista, tres como jugador-entrenador y una solo como técnico. Disputó 162 partidos oficiales y marcó 58 goles. En Primera División 35 y 13 respectivamente.

Óbito

Falleció en Pamplona el 29 de noviembre de 1978, a los setenta y tres años. El 3 de diciembre, en Mendizorroza, antes del partido frente al Deportivo gallego (1-0), se guardó un minuto de silencio y los jugadores albiazules portaron brazaletes negros.

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