Desde ahora, transitar por la zona de La Inmaculada en Gurutzeta es una tarea mucho más sencilla debido a la entrada en funcionamiento de los tres ascensores urbanos creados por el Ayuntamiento de Barakaldo, unos elevadores que llegan para paliar las limitaciones en el acceso para personas con movilidad reducida que establecían las escaleras mecánicas que se colocaron en este lugar hace más de una década. Dichos accesos mecánicos acabaron resultando un rotundo fracaso no sólo por no dar un servicio a toda la ciudadanía, sino que también por las continuas averías que dejaban fuera de servicio estas escaleras mecánicas.
Ante esta situación, el equipo de gobierno encabezado por Amaia del Campo, optó por sustituir estos accesos mecánicos por tres ascensores urbanos en un proyecto que ha supuesto una inversión de 766.000 euros para las arcas del Ayuntamiento de Barakaldo. La idea de crear tres ascensores urbanos para facilitar la accesibilidad de esta zona de Gurutzeta no era, ni mucho menos, una idea nueva, puesto que allá por el año 2009, Sendoa Quijada, un joven con discapacidad que residía en esta zona de Barakaldo aportó la idea cuando el equipo de gobierno encabezado por el socialista Tontxu Rodríguez empezó a trabajar en el proyecto de instalación de las escaleras mecánicas. “En 2009 trabajamos con Fekoor para que el Ayuntamiento escuchara las necedades planteadas por Sendoa y su familia, aunque fue en vano. Hoy, 14 años después se da respuesta a aquella injusticia, una forma de gobernar de espaldas a las necedades de los y las vecinas, que forma parte del pasado negro de Barakaldo. Estando en la oposición me implique y me comprometí para resolver el problema y hoy se demuestra que somos gente de palabra”, indicó Del Campo, quien invitó a Antonia Martín, madre de Sendoa, a la puesta en funcionamiento de los ascensores.
El tiempo no ha hecho más que dar la razón a quienes abogaban allá por 2009 por la instalación de ascensores, una medida que contó con el aval, por ejemplo, del Ararteko y de Fekoor, pero que desoyó el equipo de gobierno socialista. “Esto es lo que ocurre cuando gobiernas sin escuchar a la ciudadanía. Espero que algunos hayan tomado nota de esto”, señaló Del Campo. Ahora, 14 años después, Sendoa y el resto de personas con discapacidad o movilidad reducida podrán transitar de manera independiente por esta zona de la localidad fabril gracias a la colocación de estos tres ascensores que están formados por una estructura de perfiles laminados de acero inoxidable y un cerramiento de vidrio transparente. La cabina es a su vez de vidrio transparente y tiene iluminación para mejorar la visibilidad del interior del ascensor cuando es de noche, evitando así que sea un punto inseguro para las mujeres. Los ascensores se han situado en la cota inferior de cada tramo y para conectar cada zona de ascensores se han creado una serie de pasarelas. Asimismo, se han hecho diversos trabajos para adaptar el entorno a la nueva realidad con la adaptación de estos ascensores. “Estoy agradecida porque, al fin, se hayan hecho estas obras y tanto mi hijo como otras personas con discapacidad puedan pasar sin problemas por esta zona”, concluyó Antonia Martín, la madre de Sendoa, una de las primeras personas que estrenó los ascensores de La Inmaculada.