Hace dos años y medio, el salón de juego Zaramaga fue testigo de un caso de violencia machista en su comercio. “Era una pareja que era clienta habitual. Un día lo dejaron y el hombre, que hasta entonces era una persona sociable y cariñosa, empezó a venir muy agresivo, a beber mucho y tuvimos que llamar varias veces a la Policía porque quiso agredir a su pareja. La primera vez habían quedado en el local como una zona neutral y ahí tuve que echarle; le sentó bastante mal. Y la segunda se lo llevaron detenido y tuvimos que poner denuncia al querer agredirla”.
A Laureano Díaz, responsable de este establecimiento de la calle Cuadrilla de Vitoria, difícilmente puede olvidársele este suceso. Como cuenta, ha tenido juicios de por medio, un proceso que pide agilizar lo máximo posible “cuando haya, sobre todo, pruebas contundentes”.
Pero Díaz, por desgracia, también es consciente de que su salón puede volver a ser escenario de esta lacra. Por eso mismo, ha creado su propio protocolo “para que ante la más mínima falta de respeto, ya sea de un hombre hacia una mujer o de un colectivo por raza o tendencia sexual, automáticamente les echen del local y se llame a la Policía”. “Yo creo que eso lo tendrían que hacer todos los bares, pero es complicado”, opina
Cursos municipales
Y aparte, también han seguido formándose en cómo identificar y prevenir la violencia machista en comercio y hostelería gracias a los cursos que el Servicio de Igualdad del Ayuntamiento de Vitoria ha dado este mes a personal y propietarios de establecimientos adheridos a asociaciones, como a la que el salón de juego de Zaramaga pertenece, la de Gasteiz On, la plataforma para la promoción del comercio urbano de Vitoria, y a la que también se ha adherido personal de comercios, bares y restaurantes de Aenkomer, Arabadendak, el Mercado de Abastos y Kutxiko Taskeroak. En total, unos 70 participantes en cinco sesiones.
Buena experiencia
Y la valoración de los mismos ha sido muy buena. En Kutxiko Taskeroak, por ejemplo, han participado unos 15-20 hosteleros de los 33 de esta popular calle del Casco Viejo. “Estos cursos fueron muy interesantes y clarificadores, aunque se nos han hecho cortos al ser de dos horas y al haber muchas inquietudes en torno a este tema. Pero me quedo con ese cambio de actitud en el sentido de que los tasqueros nos sentimos parte responsable de lo que pasa en nuestros locales y que la gente sea consciente de que tenemos que acabar con esta lacra”, destaca su portavoz, Karlos Sobrón.
Aunque es “muy difícil” concretar medidas para poner fin a este tipo de situaciones, insiste en la necesidad de implicar a toda la sociedad “porque nosotros, al final, podemos tener margen, pero solo desde nuestro ámbito”.
De ahí que verían bien que Vitoria empiece a implantar protocolos, como ya hay en Barcelona, célebre a raíz del caso Alves: “Evidentemente, todo lo que sea consensuado, reflexionado y lógico, desde luego que nosotros abogamos por eso. Que se vean cuáles son las necesidades y qué se puede hacer desde nuestro sector. Desde luego que nosotros estamos a favor de eso, sin ninguna duda”.
“Cliente pesado”
De la hamburguesería La Pepita (calle Madre Vedruna), socio de Gasteiz On, han participado dos cocineras y su propio responsable, Jorge Carballo. Y también están contentos. “Aprendimos y vimos los problemas que está habiendo en Vitoria en cuanto a violencia machista desde los diferentes puntos. En nuestro caso, al ser restaurante, hay menos o casi nada, pero sí que hemos tenido algún cliente que se pone un poquito pesado. Se le dice que no moleste y que, por favor, a ver si se puede salir”.
A Carballo también le parece bien que en Vitoria se implante un protocolo similar al del Ayuntamiento de Barcelona: “Yo eso lo veo fantástico; y no solo en hostelería, sino que es algo que se debería hacer en todo el comercio”, propone.
También en tiendas
Precisamente, una de las particularidades de esta formación del Ayuntamiento de Gasteiz ha sido que ha estado abierta a comercios, como los de El Boulevard, al ser un punto donde cada año pasan casi 10 millones de personas. “A lo largo de los casi 20 años de trayectoria del centro, desgraciadamente, hemos vivido situaciones que nos han hecho concienciarnos, aún más si cabe, sobre la importancia de que todos tomemos parte en ir acabando y previniendo estas situaciones”, afirma su gerente, Amaia Castillo.
Por eso, también han participado en estos cursos. “Hemos asistido varias personas de la gerencia del centro, junto con personal de seguridad, de atención al cliente y de algunas de las marcas presentes en el centro y nos ha parecido muy interesante y práctico. En el mismo se nos invita a todos a desaprender, para ir cuestionando y rompiendo con los viejos patrones y estereotipos que tan interiorizados tenemos para así estar más despiertos e identificar cualquier tipo de agresión sexista o sexual, y ya en ese momento, sobre todo empatizar, acompañar y apoyar a la persona que la pueda estar sufriendo”.
También les parece adecuado que se implante un protocolo “que haga las cosas más fáciles y ágiles, sobre todo para la persona agredida; y que también contribuya a que los espacios de convivencia y de ocio sean espacios más seguros e intolerantes ante estas situaciones”.