"Ha sido una derrota dura. Hemos jugado muy mal los últimos diez minutos". Es la desgarradora y a la vez obligada declaración autocrítica de Joan Peñarroya en la sala de prensa del Buesa Arena nada más concluir el choque de anteanoche ante el Bayern de Múnich. Pablo Laso se salió con la suya aprovechando las miserias de un equipo que no pudo ni fue capaz de cerrar un partido que tenía a favor de viento. Como suele decirse, cuando la desazón es tan mayúscula, toca cicatrizar heridas cuanto antes. Y este es el caso, porque esta noche (20.30 horas), más Euroliga en Zurbano. Llega el Zalgiris.
La presencia del cuadro de Kaunas en Gasteiz es todo un clásico año tras año. La pasada temporada perdió, y se tomó cumplida revancha en los últimos suspiros de aquella liga regular en la que iba a ser la sede de una Final Four que vivió otra noche de gloria para el madridismo allá por mayo. Fue una piedra más en el zapato para que finalmente no se pudiera acabar degustando estar en el Top8. Por todo ello, y porque la afición azulgrana, entre el Madrid y los alemanes aún no ha visto ganar a los suyos en Europa, hay ganas, y muchas, para que, a la tercera, sea la vencida, y se sume un triunfo que acompañe al conseguido en Berlín.
Para evitar reducir más las muchas posibilidades que Baskonia tiene de estar entre los diez mejores, aunque siempre se deba tener en cuenta quién se es y dónde se está, pero no conviene perder la perspectiva, el conjunto lituano debe ser pasto de un grupo humano herido en su orgullo que, como tal, tiene derecho a equivocarse, como lo hizo el martes, y también a rectificar. Sin tener que esperar más se le presenta la ocasión, pero enfrente no va a estar precisamente la cenicienta de esta Euroliga.
La amenaza se llama Evans
Una vez más patroneado desde la banqueta por Kazys Maksvytis, Zalgiris ha comenzado con brillante nota la temporada. Comanda con autoridad, como no puede ser menos, e invicto, la liga de su país tras cinco partidos, y en esta competición únicamente ha cedido el martes en el WiZink Center (93-79), habiendo ganado en su pista al Estrella Roja (79-74) y en Bolonia a la Virtus (79-82) en la puesta de largo.
En cancha italiana pudo comprobarse que su verdadero líder, el base Keenan Evans, ya está plenamente recuperado de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió a primeros de año. Así lo evidenciaron sus números, con 25 puntos y un 60 por ciento de acierto en tiros de campo junto a cuatro rebotes y tres balones robados. Sin perder de vista a sus compañeros, seguro que Peñarroya dispone de un plan para intentar desactivarle en este dulce momento que atraviesa el playmaker norteamericano, la gran amenaza báltica.