Baskonia tiene cerca el objetivo europeo de cada temporada, meterse en los play-offs de la Euroliga, aunque este año va a precisar de un último esfuerzo previo salvo que, contra todo pronóstico se consiga asaltar el sexto puesto. Depende de sí mismo para acabar octavo, lo que concedería hasta dos oportunidades para alcanzar los cuartos de final, que un año atrás tan amargamente se perdió en aquel último partido jugado en Kaunas.
Precisamente Zalgiris es una de las canchas a visitar en este tramo final del calendario, además de Partizán, Real Madrid y Bologna. Es decir, solo quedan dos partidos en el Buesa, el Efes y el de esta noche (20.30 horas) frente al Olimpia Milano, para el que Chris Chiozza y Chima Moneke ya están en perfecto estado físico para contribuir a la causa.
Mirotic, la gran amenaza
Salir triunfadores de este importante envite pasa por contar con especial concentración en defensa y en el rebote. En la línea de lo mostrado el domingo ante el Barça. "Dependemos de nosotros mismos, si hacemos nuestro trabajo podemos ganar", recalca en su mensaje al vestuario Dusko Ivanovic, quien también alerta del peligro que acecha con los 208 centímetros y la excelsa experiencia de Nikola Mirotic, quien no participó del 76-67 del pasado 28 de diciembre en cancha lombarda. Desgraciadamente no fue una inocentada, sino la cruda realidad en una discreta actuación de los azulgranas. "Es un jugador que puede solo desequilibrar un partido".
Además, "espero que podamos jugar mucho más agresivo y concentrado que en Milán. No miro al Barcelona, son diferentes equipos. Nos ganó en juego interior, que es donde quieren sacar más provecho. El factor cancha y nuestro público es muy importante para mis jugadores. Vamos a necesitarles seguro porque es un partido muy duro".
El choque a nivel de banquillos vuelve a ser todo un clásico, ya que el montenegrino se cruza por enésima vez con Ettore Messina, reeditando así aquella recordada final de Euroliga del año 2001 a cinco partidos en el que aquel Baskonia de los Bennett, Nocioni, Oberto, Scola y Stombergas lo tuvo muy cerca pero acabó por ante la Kinder Bologna, aquella máquina de jugar a buen basket con Ginóbili, Basile, Fucka y Griffith, entre otros.